Cuba incrementa su servicio de atención de salud gratuita, con proyectos de amplio beneficio popular y de repercusión mundial, a pesar de las afectaciones monetarias provocadas por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos durante más de medio siglo.
Así lo corrobora la disminución en 2012 de la mortalidad infantil a 4,6 por cada mil nacidos vivos, la más baja de las Américas, incluidos Canadá y Estados Unidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que la expectativa de vida es de casi 80 años de edad.
Ello se debe a los programas sanitarios integrales que abarcan el cuidado a las embarazadas hasta el nacimiento del niño y la vacunación contra 13 enfermedades prevenibles, sin distinción de raza, credo ni género, llevado hasta los más recónditos parajes de la geografía insular.
El actual proceso de transformación socio económico prioriza también el remozamiento y ampliación de los Círculos y Casas de Abuelos y el completamiento del mobiliario, fundamentalmente para los ancianos con discapacidad, y la eliminación de las barreras arquitectónicas.
Con enfoque multidisciplinario e intersectorial, el Programa Integral de Atención al Adulto Mayor se enmarca en las atenciones comunitaria, institucional y hospitalaria, con el propósito de mejorar la salud de ese grupo etáreo a partir del incremento de la vida activa y los tratamientos preventivos, curativos y rehabilitadores.
Sin embargo, la obstinada política genocida del gobierno de Washington afectó al sector de la salud en unos 39 millones de dólares, solo de mayo de 2012 a abril de 2013, fundamentalmente en la compra de fármacos, instrumental e insumos médicos, que llegan de mercados distantes o mediante intermediarios.
Por ello el proyecto de resolución de la Isla contra la política imperialista, que se llevará a la Asamblea General de Naciones Unidas el 29 de octubre próximo, a partir del documento probatorio en el cual se indican los daños totales a diversos sectores, con pérdidas por un billón 157 mil 327 millones de dólares.
Tal perjuicio causado al pueblo cubano fue contabilizado al considerar la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, como refiere el informe del Ministerio de Relaciones Exteriores presentado ante la prensa nacional y extranjera, sobre la necesidad de poner fin a esa cruel política de la Casa Blanca.
La denuncia de Cuba contiene disímiles ejemplos, entre los cuales destaca la imposibilidad del Centro Nacional de Genética Médica de adquirir un Analizador para esa especialidad, producido exclusivamente por compañías norteamericanas como Applied Biosystems, perteneciente a Life Technologies.
El Instituto de Gastroenterología tampoco ha podido comprar otro equipo, de radiofrecuencia bipolar, porque su productor radica en Estados Unidos, aunque es comercializado por varias empresas en el mundo, como la Olympus Latin America Inc.
En conversaciones con la Doctora Caridad Ruenes, subdirectora de Atención Médica del Instituto de Gastroenterología (IG) de La Habana, informó que la relación de medicamentos que se precisa importar de países lejanos es extensa, y muchos de ellos son empleados en un solo paciente.
La capital, por ejemplo, importa por lo menos una decena de productos de alto costo, como Mesalacina, Adefovir, Ultralevure, Ácido Ursodesoxicólico, Acetato de Zinc, Triemtine, y Telepravir, este último antiviral para la Hepatitis C, comercializado por terceros países, explicó Ruenes Domech.
Medicamentos que disminuyen la secreción clorhidropéptica por el estómago, como Omeprazol, Ranitidina y Cimetidina, están seriamente afectados en su suministro a los pacientes necesitados, ya que su producción nacional completa es difícil, agregó.
Ruenes Domech aclara que Cuba desarrolla con éxito su industria farmacéutica, pero aún así requiere importar la materia prima desde países que, pese a su solidaridad, no siempre pueden responder debido a la presión de Estados Unidos.
Por su parte, la empresa Medicuba S.A. ha sufrido afectaciones debido al incremento de gastos presupuestarios y erogaciones en divisas por la compra de medicamentos, suministros, equipamientos y tecnologías en mercados lejanos.
Además, el cerco criminal ha imposibilitado al Cardiocentro Pediátrico William Soler, de La Habana, la obtención de óxido nítrico, gas fabricado por compañías estadounidenses y europeas; tampoco los enfermos con VIH/SIDA no pueden recibir las combinaciones de antirretrovirales, por citar algunos ejemplos.
No obstante el rotundo rechazo internacional, el bloqueo constituye el sistema de sanciones unilaterales más injusto, severo y prolongado aplicado contra nación alguna, y durante los cinco últimos años se ha producido un persistente recrudecimiento, especialmente de su dimensión extraterritorial.
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