Los Gourriel, de un tirón, han permutado
a La Habana. Tras décadas en su natal Sanctí Spiritus, donde Lourdes
brilló como pelotero y los tres hijos lanzaron sus respectivas carreras
en el deporte de las bolas y los strikes, la camada se ha establecido en
Siboney —conocido barrio residencial al oeste de la capital—, un cambio
de aires que ha motivado a OnCuba a indagar en la historia familiar,
los pormenores de la mudanza, tanto de provincia como de equipo, pues en
menos de un mes Lourdes Yunielkis, Yulieski y Yunieski vestirán la
franela de Industriales luego de mucho tiempo con la casaca de los
Gallos.
¿Qué motivó a los Gourriel a venir para La Habana?
“Yo tengo una miocardiopatía dilatada
del ventrículo izquierdo del corazón, y toda este asunto comenzó por los
tratamientos y estudios que me debían realizar en La Habana. De inicio
tuve que estar a tiempo completo aquí y ahora, que todavía estoy en
proceso de recuperación, me citan mensualmente para chequeos”, explica
Lourdes padre, el cacique de la tribu.
“Viajar una vez al mes desde Sanctí
Spiritus es muy complicado por el gasto de combustible, ten en cuenta
que la distancia entre la capital y nuestra provincia es de más de 350
kilómetros, un trayecto de tres o cuatro horas y, en contraste, en esta
casa estamos a diez minutos del Hospital CIMEQ, donde lo atienden”,
apunta Olga Castillo, esposa de Lourdes y madre de los tres hermanos.
“Todavía no estoy bien del todo. Hace
unos días tuve la oportunidad de ir a trabajar para Nicaragua pero aún
los médicos no me dejan afrontar estos compromisos. Este es un proceso
lento y prolongado, que por el momento me impide afrontar cualquier
tarea de dirigir o entrenar”, argumenta Lourdes.
Sin embargo, la mudanza a La Habana
por la enfermedad motivó el deseo de sus hijos de estar con él, pues
siempre han sido una familia muy unida. “Para los muchachos mi salud ha
estado por delante de todo, ellos no querían dejarme solo y en algún
momento expresaron su disposición de alejarse un tiempo de la pelota
para acompañarme. Gracias a Dios se encontró una solución y ahora ellos
me acompañan y podrán seguir su carrera profesional”, argumenta.
A raíz de todo esto, muchos expresaron
su apoyo en la permuta, pero no entendían que también pudieran jugar los
tres hermanos con Industriales, algo que los perturbaba un poco según
Lourdes Jr., conocido en el seno familiar como Yuni. “Tuvimos muchas
dificultades con los trámites, no pudimos ni siquiera participar en la
Serie Provincial, ni allá ni aquí, ni entrenarnos de manera organizada,
con un grupo de trabajo. Ante la demora de las autoridades espirituanas
pedimos incluso jugar la Provincial en La Habana, pero era imposible. La
liberación nos la dieron tres días antes de comenzar a entrenar con
Industriales y eso levantó mucha más polémica, sobre todo entre la
gente, que como es lógico no entendía que llegáramos a jugar sin el aval
de un torneo previo. Pero ya una vez en el equipo hemos cumplido cada
etapa y cada eliminación en igualdad de condiciones con el resto de los
jugadores azules”, asegura el más joven de la familia, muy distendido y
conversador.
Una vez en la capital, los tres son
conscientes del reto que representa saltar a la grama del Latino o
cualquier otro estadio con la franela añil, sobre todo Lourdes Jr. y
Yunieski, quienes no tienen asegurado un puesto en la novena titular.
“Ese era un riesgo que teníamos que correr, ya tomamos una decisión y
solo podemos afrontarla. En Sanctí Spiritus también empezamos de cero y
al menos llegamos aquí con varias temporadas y play off acumuladas,
incluso Yuni que es el de menos experiencia”, considera el mayor de los
hermanos.
Al respecto, Lázaro Vargas, manager de
Industriales, dijo que los tres muchachos aportan a su equipo elementos
esenciales en el béisbol: velocidad, defensa y poder, por lo que no
sería raro que coincidan en algún momento de la campaña como regulares
en la alineación de los Leones.
“Yo no creo que sea al principio,
pero si puede pasar”, confía Lourdes Jr., mientras Yunieski asegura que
“será bien difícil por la calidad y el talento de los nuevos compañeros,
pero espero que suceda, nos sentiríamos más cómodos.”
¿Cómo creen que sea su primer turno oficial con Industriales?
“Todavía no he pensado en eso, no me lo
imagino”, habla por fin Yulieski, el más reservado e introvertido.
“Supongo que sienta un poco de presión como cada primer turno en un
campeonato, no solo porque sea con Industriales, con Sanctí Spiritus
también me pasaba. Eso sí, seguro será agradable y nunca lo voy a
olvidar.”
Por su parte, Yunieski y Lourdes Jr.
prevén tensión, pues “aunque lleve mucho tiempo en la pelota se trata de
un equipo nuevo, de una afición nueva, con exigencias superiores, con
estadios llenos casi siempre. Ya después cuando uno arranque todo se
normaliza y coges tu propio ritmo.”
Sobre los jugadores azules que más los
han ayudado a integrarse al grupo, Yunieski destaca a Stayler Hernández,
su “amigo de toda la vida”, quien lo ha apoyado siempre, incluso desde
que eran rivales. “Ha sido mi compañero en las duras y en las maduras.
Me pasaba mensajes cuando no hacía las cosas bien, me aconsejaba y ahora
estamos muy cercanos aquí. Hace apenas un rato yo estaba durmiendo y
Stayler me llamó para que fuera a un juego entre niños y allí estuve con
él, tenemos una relación bien fuerte.”
Lourdes Jr., por su juventud, dice no
conocer del todo a muchos componentes de la plantilla industrialista,
pero que desde su llegada ha compenetrado muy bien con Raiko Olivares.
“Me ha impactado mucho su forma de ser, su solidaridad, su apoyo, sus
consejos, como Vargas, que solo dice lo esencial, habla en el momento
preciso y es una gran persona dentro y fuera del terreno. Fomenta la
colectividad, detalle que puede incidir para que, más allá de
debilidades en ciertos puntos de juego, el equipo salga adelante y logre
la clasificación.”
¿El enfrentamiento con sus antiguos compañeros?
“Seguro no nos van a aplaudir —expresa
Lourdes padre—, vamos con un equipo contrario. Lo mismo sucedía cuando
veníamos a La Habana con Sancti Spíritus.”
“Estuvimos muchos tiempo defendiendo los
Gallos y tratando de lograr un campeonato para aquella afición, algo
que lamentablemente no se pudo. Ahora es el momento de vestir otra
camiseta y lo haremos con mucha profesionalidad, pero cuando terminen
los juegos saludaremos a todos los amigos que tenemos por allá”,
argumenta Yulieski, al tiempo que Yuni considera “será un partido
interesante, sobre todo por la presión del público, que pensaba que
nosotros solo queríamos venir a jugar con Industriales, que no tenía
nada que ver la enfermedad de mi papá, cosa absolutamente falsa.”
Sobre el posible daño que cause a la
nave espirituana la ausencia de tres hombres que aportaron más de 200
inatrapables, 100 carreras anotadas e impulsadas y 30 cuadrangulares,
Lourdes, quien dirigió aquella novena por varios años, asegura que los
atletas son necesarios pero no imprescindibles, y ahora es la
oportunidad para que emerjan otros peloteros valiosos y de calidad en la
provincia.
Precisamente, Lourdes Jr., quien surgió
de repente e impresionó en su campaña de novato, recuerda que jugar
junto a sus hermanos y ser dirigido por su padre, todo a la misma vez,
fue una de las motivaciones para adentrarse en el universo beisbolero.
“Desde chiquito en mi casa solo se hablaba de pelota, mis hermanos, mi
papá, mi mamá…Lo primero que hicieron fue ponerme un bate en las manos,
me enseñaban cosas relacionadas al béisbol, iba a los estadios. Ya
después quería coincidir con ellos en el mismo equipo.”
Al respecto, Yunieski cuenta que creció
viendo pelota. “Yo tenía mi propio ídolo, mi papá, pero él jugaba
posiciones pasivas como el jardín izquierdo o la primera base, y a mí me
gustaba más la movilidad, por eso la seguía tanto a Víctor Mesa, por su
forma explosiva de jugar…y bueno, después la vida me dio la posibilidad
de, como él, ser jardinero central.”
Te distingues por fildear la
bola en bandeja, algo que a mucha gente no le gusta. ¿Temes a los
reproches ahora que te enfrentas a una afición tan exigente como la de
Industriales?
“Llevo un tiempo aquí ya y creo que se
puede decir que a la gente le está gustando mi forma de fildear, antes
me criticaban pero ahora no tanto. De cualquier forma, el público debe
adaptarse a mi estilo, yo he creado ese hábito, tal vez es algo que no
se debe hacer, pero hasta ahora me ha dado buenos resultados. Un día se
me puede caer la pelota, porque le pasa a cualquiera, pero
increíblemente me siento más cómodo fildeando abajo que arriba.”
¿Cuáles son sus impresiones sobre las
nuevas disposiciones de pago decretas por el gobierno cubano y la
autorización para contratarse con escuadras extranjeras?
“Es una gran idea, muy buena. Muchos
peloteros no pensaban ya ni seguir jugando, no existía motivación de
ningún tipo. Eras campeón y no pasaba nada. Ahora con este estímulo se
están afrontando las cosas con otra disposición, con más entusiasmo,
algo que comenzó desde el año pasado con la Gala de Premiación de los
líderes individuales y la presencia del campeón en la Serie del Caribe”,
señala Lourdes Jr., quien ha tenido la suerte de jugar sin las
retribuciones adecuadas solo por un par de años, todo lo contrario de su
padre.
“Esta idea debe influir bastante, es un
estímulo que tienen los muchachos, ahora por lo menos podrán entregarle
algo a la familia. Antes nosotros no teníamos nada para subsistir, era
muy pobre el salario, estábamos ubicados en empresas en las que no
podíamos tener la retribución máxima porque no producíamos. Ahora tú
luchas y sabes que si llegas a un objetivo tienes un premio, es una
decisión muy positiva”, explica Lourdes padre.
Por su parte, Yunieski, quien ha jugado
más de diez campañas, asegura que se trata de un cambio muy importante
en el deporte. “Muchas veces el pelotero es el ídolo de la familia y
prácticamente no podía ayudarla, esa función recaía sobre un tío u otro
familiar con mayores ingresos, o que vive en el exterior. Ahora nosotros
mismos podemos ayudar a nuestra familia con el trabajo que hacemos.”
Sigue esa línea Yulieski, quien por su
popularidad y reconocido nivel bien pudiera recibir ofertas para
integrar algún conjunto en ligas profesionales de cualquier rincón del
planeta. “Es una buena oportunidad que nos han dado, algo que se estaba
esperando hace algunos años, tener el chance de probarnos en otro
béisbol e intentar superarnos. Llevamos varios años jugando aquí,
conocemos a casi todos los lanzadores, uno quiere experimentar, saber
quién es en realidad, hasta dónde puede dar.
“Sobre el pago a los jugadores de la
Serie Nacional, se trata de una gran opción para los peloteros, que se
merecen la retribución por tanto esfuerzo, por tantos años jugando sin
importarnos no recibir el pago adecuado, y en muchos casos rechazando
ofertas de mucho dinero en otros países”, concluye Yulieski.
Más allá de los Gourriel está Olga
Castillo, escudera principal de la familia, papel un tanto complicado
por estar tanto tiempo separada de los suyos y acometer sola, en buena
medida, el proceso de educación de sus hijos.
“Es una carrera muy sacrificada, casi
siempre he estado sola pero pendiente de cada uno. Me he preocupado
mucho por sus estudios, por guiarlos, por mantener el equilibrio entre
deporte y educación. Creo que logros hemos tenido, ya los dos más
grandes son licenciados y todos han logrado un alto nivel en sus
carreras.
“Por lo demás, siempre los apoyo en los
momentos difíciles, soy el sustento emocional en los ratos buenos y
malos, y ellos eso lo valoran. Son muchachos muy tranquilos, no dan
trabajo ni dolores de cabeza”, afirma Olga.
¿La Habana?
“Yo estoy prácticamente como si
estuviera en Sancti Spíritus, tal vez con un poco más de ajetreo, pero
cómodo, sobre todo por la cercanía del hospital y de los médicos”,
explica Lourdes, aunque su esposa si establece diferencias respecto a su
anterior etapa en la provincia central.
“Aquí mi vida es más sosegada, porque
allá estábamos en un lugar muy céntrico, constantemente recibíamos
visitas, nunca había calma. Ahora estamos más apartados y hay mucha
tranquilidad”, asegura Olga, apoyada por sus hijos.
“No teníamos horas de descanso, aquí
estamos más distantes, tenemos más tiempo para descansar, para hacer lo
que nos gusta, que es ver televisión y jugar Play Station”, coinciden
los tres hermanos, tal vez un poco desesperados por, precisamente, ir a
una partida de MVP tras casi una hora de diálogo.
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