El dolor de Guillermo Avilés
lunes, abril 17, 2006
RECUPERAR VIDA Y FELICIDAD
Yadenis Muñoz Martínez parece tener su vida detenida en un paréntesis. Son esas etapas que todos pasamos alguna vez, pero la historia de esta avileña de 34 años tiene que movernos a reflexión, porque mañana, quizás, pudiera ser la nuestra.
Yo soy diabética desde mi niñez, trabajaba en una farmacia y hace dos años comencé a sentir malestar, se me inflamaban las piernas, tenía decaimiento, pérdida del apetito... progresó mi malestar y un día me vi ingresada en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Provincial Doctor Antonio Luaces Iraola, donde me diagnosticaron la Insuficiencia Renal Crónica, cuenta Yadenis.
Desde hace nueve meses ella asiste al servicio de Nefrología para hacerse las hemodiálisis, especie de recambio de la sangre, que mantiene la vida del paciente, en tanto pueda ser trasplantada, único tratamiento definitivo para esta afección. Ese trasplante depende se la compatibilidad entre el órgano donado y el organismo de Yadenis y, sobre todo, de la generosidad de una familia que acepte el acto de donar. Sólo así podrá recuperar su salud, retornar al trabajo y estabilizar su vida.
Ella es la única hija de Elsa Martínez, quien la acompaña a cada sesión de hemodiálisis y le tiene desde ya preparado el maletín y todas las cosas necesarias, para cuando la llamen, ante un posible trasplante.
Yo estoy totalmente preparada para cuando llegue el momento que espero con tanta ansiedad. Ya fui una vez a Camagüey, pero no pasé las pruebas de compatibilidad y ahora espero, optimista por otra posibilidad.
Mientras espera, la avileña en días alternos asiste al hospital local a las sesiones de hemodiálisis con la trasportación y la alimentación reforzada garantizada y el constante estímulo de médicos y enfermeros, quienes en es estos tipos de servicios, en todo el país, además de la terapia adecuada aplican al paciente grandes dosis de amor y estímulo para sobrellevar la terrible enfermedad.
Siempre la acompaña su mamá, quien recibe los beneficios de la Seguridad Social; como madre—cuidadora cobra un salario por atender los requerimientos del padecimiento de su hija.
Yadenis y Elsa quieren seguir viviendo juntas, compartiendo su cariño mutuo. Nadie tiene derecho a cerrar esa puerta de esperanza.
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