Una
marcada vocación de servicio a la humanidad es el sentimiento que mueve a
quienes se dedican a la noble profesión de trabajadores del sector de la
medicina.
En distintas especialidades: médicos, enfermeros, laboratoristas,
técnicos…, son imprescindibles en la sociedad para dotarla de bienestar y
felicidad.
Los encargados de restablecer y preservar el más preciado tesoro que posee el
hombre: la salud, tienen el privilegio y el compromiso de estar más cerca del
ser humano.
La mayoría de ellos viste de blanco impecable, aunque a veces
andan de verde o azul claro, si son quirúrgicos o intensivistas, pero más que
su investidura es el instinto de auxilio y ayuda el que los hace laborar de
noche y de día, cualquier día de la semana, fechas festivas o luctuosas, bajo
ciclones, intenso calor o frío.
Siempre imprescindibles, están con igual utilidad en las salas de
hospitales, los dispensarios de policlínicos, consultorios del médicos de la
familia, casas maternas y de abuelos, escuelas, fábricas, círculos infantiles,
aeropuertos....