Pero y ¿quién se acuerda de estas mujeres, madres, que no
alcanzan a vivir la emoción de una felicitación, de unas flores, de una comida
en mesa decorada, junto a hijos sanos, fuertes, con posibilidades de estudios,
diversiones ...?...
Estas mujeres existen en latitudes lejanas y algo más
cercanas a nosotros, pero no han tenido la suerte de vivir como usted o como
yo.
Por eso este segundo domingo de Mayo no voy a felicitarlas
porque no me entenderían mi mensaje ¿qué felicidad pueden tener?
Pero sí quiero recordarlas, admirar su entereza, condolerme de su destino y sentir dolor porque ellas no pueden tener lo que tienen ustedes y tengo yo, y que no sabemos valorar en toda su magnitud, a pesar de que enfrentamos algunas carencias materiales.
Pero sí quiero recordarlas, admirar su entereza, condolerme de su destino y sentir dolor porque ellas no pueden tener lo que tienen ustedes y tengo yo, y que no sabemos valorar en toda su magnitud, a pesar de que enfrentamos algunas carencias materiales.
¿Cómo se vive el Día de las Madres en África, en países de
miseria extrema y enfermedades que arrebatan muchos hijos a sus madres? ¿Cómo
transcurre el segundo domingo de Mayo para las mamás de pueblos originarios que
sufren obligado desplazamientos de sus tierras?
¿Qué sientes esas madrecitas que viven en la miseria extrema
y no pueden dar a sus hijos un mínimo de vida digna que sienten la amenaza de
las drogas, la violencia, la guerra, el pandillerismo, las pandemias...los
males de la sociedad en la cual vive?
No olvido el sufrimiento de las Madres de Plaza de Mayo, con sus hijos secuestrados en la Argentina militar y fascista, que jamás aparecieron.
Más reciente, la desesperación de las “madrecitas mexicanas” quienes aún exigen que aparezcan sus hijos, 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Estado de Guerrero.
No olvido el sufrimiento de las Madres de Plaza de Mayo, con sus hijos secuestrados en la Argentina militar y fascista, que jamás aparecieron.
Más reciente, la desesperación de las “madrecitas mexicanas” quienes aún exigen que aparezcan sus hijos, 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Estado de Guerrero.
¿Y las “mom” de Baltimore que han visto perder muchos de sus vástagos por la violencia policial contra los afro descendientes y latinos, en franca discriminación racial?
Tampoco ignoro cómo es este día y todos los días en la vida de las madres a las cuales enfermedades y accidentes les han arrancado a sus hijos y hoy, más que motivo de celebración, sienten un dolor profundo.
Mi mayor respeto para estas Madres Olvidadas.
Por: Idania Pupo Freyre
Por: Idania Pupo Freyre
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