El experto de la OIT sobre trabajo infantil y empleo juvenil en América Latina, Guillermo Dema, señaló en entrevista que este problema subsiste en la región a pesar de los avances logrados en la materia en los últimos años.
“América Latina es la región del mundo donde se han obtenido mayores avances en la reducción del trabajo infantil en los últimos 10 años, pero el avance es desigual”, dijo Dema, quien participó hace unos días, en Santiago, en la 17 Reunión Regional Americana de la OIT.
Explicó que la situación “afecta especialmente a grupos vulnerables, como las poblaciones indígenas, en particular los niños y niñas que son afectados de manera diferenciada por las peores formas de trabajo infantil”.
De acuerdo con estadísticas de la OIT, a 2010 la población de niños y niñas de entre cinco y 17 años en América Latina asciende a 141 millones de personas, de los cuales 14 millones se encuentran trabajando.
De esa cifra, cerca de 10 millones de menores de edad realizan trabajos que son peligrosos y/o amenazan su integridad física y psicológica.
Del total de niños que trabajan, cuatro millones son adolescentes de entre 15 y 17 años que realizan trabajos peligrosos, en tanto más del 60 por ciento del total se desempeña en tareas vinculadas a la agricultura.
Según las cifras entregadas por la OIT, sólo uno de cada cinco niños recibe un salario ya que la mayoría de ellos trabaja para su familia, sin remuneración.
De acuerdo con Dema, a pesar de los modestos avances en la disminución del trabajo infantil en la región, existen datos alentadores.
De 2006 a la fecha se observa una disminución de un punto porcentual en el número de niños y niñas de entre cinco y 14 años que trabajan en América Latina y el Caribe, lo que representa una disminución de un millón de personas aproximadamente.
Dema subrayó que “los esfuerzos deben incrementarse, los Estados deben cumplir sus compromisos y definir políticas integrales más agresivas para enfrentar el problema, en alianza con los demás sectores como empleadores, trabajadores y la sociedad civil”.
Estas acciones, enfatizó, “deben garantizar el acceso de todos los niños y niñas a una educación de calidad”, al tiempo de combatir la pobreza ofreciendo trabajo decente a los padres y protección social para ayudar a las familias a mantener a sus hijos en escuelas.
(Con información de agencias)
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