EN IRAQ
El pequeño Abedul Hakeem Khalaf, de 7 años, espera mientras el oftalmólogo pinta su ojo prostático este 6 de abril. El niño perdió su ojo izquierdo y se le desfiguró la cara por quemaduras, en un bombardeo en abril del 2004 en su casa de Fallujah, Iraq.
Ese es el “acto heroico” de las tropas invasoras y el saldo que deja la agresión norteamericana y de sus aliados al país árabe.
Horrores de la guerra innecesaria, de la injusta ocupación que mata, daña y mutila a civiles, a niños indefensos.
EN ESTADOS UNIDOS
Sin aún saber la dimensión de la tragedia un pequeño niño estadounidense, en los brazos de su madre, acompaña el féretro de su joven padre, un soldado miembro de las tropas de ocupación de Iraq, donde murió, producto del conflicto bélico.
Dolor, pérdidas humanas, traumas físicos y emocionales e infelicidad desde la niñez, causas suficientes para condenar una agresión que los gobernantes de Estados Unidos no han podido justificar ante el mundo.
1 comentario:
Me ha comprimido el corazón usted, señora. Su ingenio y profesionbalidad para sensibilizar a los seres humanos es extraordinario.
La felicito de todo corazón. Lástima que haya sido con un tema tan duro y que el mundo entero condena pero ellos hacen caso omiso, incluso, a su propio pueblo.
El profe
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