El dolor de Guillermo Avilés
lunes, abril 17, 2006
BLASA NO PERDIÓ SU SONRISA
Es una típica cubana, de esas que van de la sonrisa a la risa con facilidad de asombro....pero hubo un tiempo gris, malo, en el cual la vida de Blasa Triana Rojas y su familia estuvo ensombrecida por el dolor.
Comencé a padecer de Nefropatía Lúpica en 1999 hasta que requerí de las hemodiálisis para continuar viviendo en la espera de un riñón donado, cuenta esta morena, alta y de gran entereza.
El Lupus Eritematoso es una enfermedad sistémica, la cual con mucha frecuencia afecta los riñones y provoca Insuficiencia renal crónica terminal.
Yo todavía no he superado el trauma que me dejó los dos años que estuve en las hemodiálisis, eso es algo terrible, trataba de imponer mi carácter, pero mi físico se iba destruyendo y por momentos pensaba que no podría soportar aquel trance y no aparecía el riñón salvador, hasta que el 5 de marzo del 2003 me avisan de la donación y me trasladan en ambulancia a Camagüey, donde me hacen el trasplante.
Blasa dice y repite que el acto de donar las vísceras, tejidos, membranas de un familiar fallecido es un gesto de máxima humanidad y abunda en un pensamiento surrealista:
Yo creo que quienes me donaron mi riñón, incluyendo el fallecido, lo hicieron con tal gusto que este se ha acoplado perfectamente a mi organismo y, a pesar de algunos avatares familiares que tengo, mi función renal es normal.
Blasa trabaja en el departamento de Contabilidad del aeropuerto internacional de Cayo Coco y consume diariamente un medicamento antirrechazo nombrado Micofenolato Mofetil, de alto costo en el mercado internacional, el cual lo recibe en su casa con puntualidad extrema.
La dosis de tabletas que consumo importa cada día unos cinco dólares y la medicina no me ha faltado nunca, gracias a la Revolución, que tiene como principio que lo primero es el ser humano.
Los trasplantados son personas muy especiales en su sicología, ellos conocen el verdadero valor de la vida y aprecian mucho mejor
los sentimientos de solidaridad, desprendimiento, ayuda y humanitarismo. En su voz Blasa hace un reclamo ante factores sociales, ambientales, objetivos...
Si el Estado ha costeado el alto precio de un trasplante, si el sistema de Salud ha logrado realizar un acto tan complejo como los injertos de órganos y todo esto nos ha posibilitado superar enfermedades terminales y continuar viviendo, todos los factores de la sociedad tienen que ayudarnos a vivir satisfactoriamente porque somos exponentes de la validez y justicia de nuestro sistema social.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario