En la mañana
de este jueves las calles de Ciego de Ávila, Cuba, tienen el mismo ritmo de vida que un día
cualquiera. No parece estar esperando el azote del huracán más potente de los
últimos 100 años, aunque lo pronósticos de Meteorología asegura que no tocara
tierra.
Aquí se suspendieron las clases en todos los niveles de
Enseñanza para disponer de tiempo y preparan muchas escuelas como albergues
para evacuados y hay más 380 ómnibus listos para sacas a las familias de zonas
de peligros y llevarlas a lugares seguros.
Ya están listas unas 200 camas en los dos hospitales más
importantes de la provincia para recibir posibles heridos o afectados por el
huracán y una brigada médica-quirúrgica se trasladará a la cayería norte de
Ciego de Ávila para asumir cualquier contingencia.
En las
ciudades y comunidades pobladas se talan árboles, se limpian tragantes y
alcantarillas para facilitar el escurrimiento de las abundantes lluvias que se
esperan al paso del huracán Irma.
Se
distribuyen medicamentos a las farmacias y alimentos a los mercados, en la
medida de las disponibilidades reales.
El huracán
Irma podrá dañar muchas cosas en Cuba, pero no será por falta de previsión.
Esperemos con ecuanimidad esta mala pasada que nos juega la naturaleza.
Idania Pupo
Freyre.
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