Se trata de
una pareja de médicos de Ciego de Ávila, con basta experiencia profesional y
cientos de enfermos atendidos, en su ciudad y más allá de las fronteras de
Cuba.
Su esposa,
Noika Tatiana Morales Reguero, es especialista en Medicina General Integral,
con 23 años de graduada y ha cumplido
misiones en Venezuela (desde de 2003 hasta 2006), Timor Leste (2010—2012)
y desde el 30 de enero de 2014 está junto a él en el programa Más Médicos para
Brasil, en la ciudad de Sao Paulo.
En la
provincia de Ciego de Ávila ha trabajado
en los policlínicos Norte y Sur, de la
ciudad capital, y en el del municipio de Venezuela.
Rogelio
Mena Torres cumplió colaboraciones en Guatemala (de 1999 hasta 200, Venezuela (2003
—2006), Timor Leste (2010— 2012), y en su provincia ha laborado en el
policlínico de Venezuela como director de área (del 2007 al 2010), y en el
policlínico Centro en un consultorio Médico de la Familia, de donde salió
para Brasil.
—Nosotros nos conocimos
estudiando Medicina, en el segundo año de la carrera y en agosto del 2014 celebramos las Bodas de Plata, dice el
doctor Mena, quien relata una larga etapa de amor recíproco.
—Nos casamos cuando terminaron el cuarto año de la carrera, un 13 agosto
del 1989. El tener la misma profesión ha facilitado una mayor comprensión entre
nosotros y una comunión de intereses. Casi siempre hemos estados juntos, sólo
nos separamos cuando Rogelio fue a trabajar a Guatemala, afirma Noika, quien apuesta porque
la pareja profese los mismos intereses profesionales y sentimentales.
Este
matrimonio de galenos avileños tiene un hijo, se llama Kennier Mena Morales y
está en quinto año de la
Licenciatura en Cultura Física en la Universidad de Ciego
de Ávila.
El muchacho
heredó de sus padres la consagración al estudio, por eso el pasado año fue seleccionado como el mejor alumno de la Universidad en
investigaciones y recibió la distinción Aniversario 92 de la FEU y la réplica de la pluma de Raúl Cervantes.
Ambos
tienen sus características: Ella cuida mucho de su apariencia personal, gusta
de vestir de forma sencilla y combinada.
—Con
frecuencia cambio el color de mi cabello y el peinado, para mi la peluquería es un relajante de las tensiones
cotidianas. También me atrae la música y
bailar, aunque mi esposo no baila, relata Noika.
El doctor confiesa
que le gusta el deporte, en especial el béisbol y ver película; él no tiene
mucho tiempo libre, pues también el estudio de temas médicos en una constante
en su profesión. Él tiene como experiencia, una etapa difícil a la cual supo
imponerse:
—Al mi regreso de Timor Leste
fui operado de ambas rodillas por tres veces y por lo que permanecí sin ejercer
la medicina casi un año y medio hasta estar totalmente recuperado.
Los dos
tienen muchas anécdotas interesantes de su largo peregrinar por otros
países en funciones médicas. Rogelio, el más locuaz de los dos cuenta algunas:
—Cuando solo llevaba una semana en Guatemala,
estando en la selva del Ixcan en horas de la madrugada, me
fueron a buscar para asistir un parto y para mi sorpresa al llegar
estaban haciéndolo en vertical, proceder que en Cuba no se realiza (este parto
se hace con la mujer en cuchilla agarrada de una soga del techo de la casa y
con un paño en el piso con ningún tipo de esterilización), y la sorpresa fue aún
mas grande cuando encontré que se trataba de un embarazo gemelar que no era
conocido ni por la paciente; el trabajo de parto lo hice alumbrado con una
linterna y sin ayuda de algún otro personal de salud que no fuera el llamado
comadrón y para suerte logramos salvar las tres vidas.
—Otra anécdota que puedo
contar fue cuando ayude a mi esposa, en Timor Leste, quien fe llamada
para atender a un niño que había llegado con fiebre y dificultad
respiratoria y al llegar a la sala nos encontramos con otro lactante que
llevaba convulsionando más de una hora y el enfermero (un nativo) de la sala se
encontraba durmiendo. Fue un choque bastante duro para nosotros; en este
hospital rural la falta de fluido eléctrico era constante pues era por un
generador y sólo alimentaba un bombillo en la emergencia y otro en sala de
parto, por suerte y después de tratarlo se sacó del estatus convulsivo y logramos
salvar su vida. Después de salir de aquel trance sólo pensamos en nuestro país
que, a pesar de sus dificultades, el Gobierno no escatima esfuerzo para llevar
la salud a toda la geografía cubana.
—En una ocasión la obstetra se
encontraba de vacaciones en cuba y a la guardia de mi esposa llegó una
señora con un aborto séptico de 5 días de evolución y con un estado
general comprometido por sepsis, la fetidez cubría casi toda la sala
de partos y estábamos a 8 horas del hospital más importante en la capital
Dili. Aquella mujer fue legrada por Noika utilizando una pinza de
anillo y supo hacer una buena limpieza, de no ser así sabíamos que la mujer
podía fallecer, entonces se cubrió con antibióticos de amplio espectro y a los
dos días aquella mujer era otra, a la semana se fue de alta sin peligro para la
vida, recuerda el
galeno avileño.
—Hoy en Brasil en nuestro caso, que no
trabajamos en lugares muy recónditos de esta geografía, vemos la necesidad de servicios
de salud que tiene la población, ejemplo de ello es que cuando se hace una
remisión a una especialidad, la mayoría de las veces la lista de espera para
ser atendido está a más de seis meses y en otras a un año, en muchas ocasiones cuando
llega el turno ya el paciente por desgracia falleció o si es una neoplasia no
tiene solución posible.
—Pensamos que en estas anécdotas contadas se
resume la importancia nuestra labor por el mundo porque se salvaron vidas que
de no ser por la presencia de médicos cubanos ahora formarían parte de la
mortalidad de esos países, concluye Rogelio.
Hoy, Día de
San Valentín, este matrimonio de médicos avileños están de vacaciones en su
ciudad y festejarán con su familia, en ese hogar tan lindo que han sabido
formar con sacrificio, empeño y mucho, pero mucho amor, el mismo que han regado por otras latitudes para ayudar a la humanidad.
Por Idania
Pupo Freyre
Fotos:
Cortesía de los entrevistados
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