Al llamado de
la humanidad, Cuba responde, como se ha hecho tradición, de ahí que ante la solicitud de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) al Presidente Raúl Castro de colaboración médica
especializada para atender y frenar la epidemia del ébola en África Occidental,
ya 165 cubanos enfrentan la mortal epidemia en Sierra Leona.
En este
grupo hay cinco médicos y dos enfermeros de la central provincia de Ciego de
Ávila, quienes pertenecen a la vanguardia de muchos trabajadores de la salud
dispuestos a participar en tan delicada misión.
Por uno de
ellos, el doctor Leandro Castellanos Vivancos, se conocen las primeras fotos de
su estancia allí, enviadas mediante correo electrónico en el cual narra sus
impresiones iniciales en tierra africana.
El médico
avileño Castellanos Vivancos relata que en el camino del aeropuerto hacia Freetown, la capital de Sierra Leona, vieron las
primeras muestra de aceptación y dice: “nos saludaban todos los sierra leoneses
y en sus miradas albergaban la esperanza de un mundo mejor. Un país con una
devastadora guerra civil de 16 años y encima la epidemia, para muchos, más cruel de la humanidad. Al vernos con nuestras banderitas cubanas se podrán
imaginar la alegría que sentían: los niños saltaban y reían, todos desde sus
quimbos nos saludaban”,
Aunque en La Habana la preparación de
este personal médico fue intensa, en Sierra Leona continúan recibiendo
adiestramiento, convencidos de que cumplir las normas de bio seguridad y los
protocolos de actuación, garantizan sus propias vidas. Así se aprecia en la
descripción de las primeras acciones de los cubanos en el país africano:
“El lugar
principal donde nos reunimos es en el hotel Mariam, pues cuenta con un teatro
donde recibimos la preparación de algunos expertos de la OMS. Además de la
instrucciones del jefe de la misión Dr Delgado Bustillos. La preparación
comenzó en el segundo nivel y esta semana culmina con el nivel tres, para luego
dirigirnos a protocolo”, abunda Castellanos Vivancos y agrega:
“En Sierra
Leona confían en los cubanos y los representantes de Naciones Unidas consideran
que podemos frenar la epidemia”.
Y claro que
hay confianza porque por más de 50 años Cuba ha enviado médicos y personal
paramédico a zonas de desastres naturales, intrincadas comunidades rurales y
lejanas naciones para llevar a personas de diferentes razas, credos y
posiciones sociales, el más valioso tesoro del hombre: la salud.
Fidel
escribió recientemente: “El personal
médico que marcha a cualquier punto para salvar vidas, aun a riesgo de perder
la suya, es el mayor ejemplo de solidaridad que puede ofrecer el ser humano,
sobre todo cuando no está movido por interés material alguno”.
Esta quizás
será la más dura de las misiones encomendadas a los trabajadores de la Salud de Cuba y autoridades
internacionales la han solicitado por la confianza que hay en su preparación
profesional y su alto concepto humanístico. Cada uno de ellos conocen de su
importancia y su valor y así lo refiere el doctor Leandro Castellanos Vicancos
cuando expresa:
“En el
orden personal y de el resto de mi compañeros puedo decir que me siento
orgulloso de ser cubano y de pertenecer a esta brigada de compatriotas”
El ébola es
una epidemia que amenaza a toda la humanidad, así lo enfocó Fidel Castro cuando
escribió: “Al cumplir esta tarea con el
máximo de preparación y eficiencia, se estará protegiendo a nuestro pueblo y a
los pueblos hermanos del Caribe y América Latina, y evitando que se expanda.”
Llegó la
hora del deber y allí están los cubanos con todo el potencial científico y
humano que la Revolución
ha forjado en más de medio siglo para Cuba y la humanidad.
Por Idania
Pupo Freyre
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