Por IDANIA PUPO FREYRE
Cuando parecía que la historia y la evolución de la sociedad no volverían ha admitir la inconstitucionalidad y los golpes de estado en Latinoamérica, las fuerzas reaccionarias y las oligarquías acaban de protagonizar en Honduras un acto irracional, chapucero e inadmisible.
Un presidente secuestrado y llevado a otro país, un canciller (por demás, mujer), y tres embajadores golpeados, un país paralizado, sin transporte público, ni electricidad, ni telefonía, ni Internet… ¡cuántas violaciones para tratar de silenciar un acto monstruoso!
También se falsificaron documentos como la supuesta carta de renuncia del presidente Zelaya para con increíble rapidez, escenificar la mascarada de nombrar un nuevo presidente para el país, a quien, por cierto, nadie propuso ni eligió.
Por aquella época los gobiernos de factos tenían toda la impunidad de sus sociedades, pero el orden social del mundo ha cambiado, los pueblos han despertado y encontrado líderes que luchan y trabajan por las mejoras sociales, la independencia de sus nacionales y la libertad de sus pueblos.
En pie de lucha estamos los latinoamericanos, con presidentes y pueblos reclamando el restablecimiento del orden constitucional en Honduras.
Personalidades políticas, sociales y gente de pueblo se levantan hoy por Honduras y por Latinoamérica, para que la justicia no colapse, con la certeza de que esta farsa y sus protagonistas no impondrán su orden y José Manuel Zelaya volverá a gobernar a su país.
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