Por IDANIA PUPO FREYRE
El 26 de marzo de 1959 se creó el Departamento de Seguridad del Estado cubano, en aquel entonces conocido como G—2, para enfrentar las acciones de los enemigos internos de
Desde su nacimiento, los órganos de Seguridad del Estado en
Sus incontables triunfos frente a los enemigos del pueblo cubano, han sido posibles porque disponen de mujeres y hombres valientes, fieles, abnegados y bien preparados.
Aquellos que fundaron
Después las filas se fueron nutriendo de jóvenes graduados de cadetes del Ministerio del Interior, con la adecuada preparación técnica, táctica, ideológica y física, y estos han dado continuidad a la obra de sus antecesores de salvaguardar las conquistas de
Las generaciones de oficiales que en los últimos 50 años han preservado esta gigantesca obra social merecen todo el respeto de su pueblo; son aquellos que se identifican públicamente y se caracterizan por su sencillez, hidalguía y entrega ante cada tarea.
Y al lado de ellos están otros también valiosos, los llamados hombre y mujeres “color del silencio”, quienes desde el anonimato, en la primera trinchera de combate, penetrando al enemigo interno y externo, frenan sus acciones en cualquier circunstancia y punto de la geografía, sin aspirar al reconocimiento social o al merecido homenaje, porque tal vez nunca se conozca su desafío al peligro o la gran obra realizada.
Los miembros de cuerpo de inteligencia militar, con “mente fría y corazón caliente”, han asumido en este medio siglo la lucha contra la subversión política—ideológica, el terrorismo, la guerra biológica, las drogas y todo tipo de acción hostil que afecte a la sociedad cubana.
Pasión, deber, compromiso, entrega…, ingredientes necesarios para el factor humano que nutre los órganos de
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