Aunque su andar se ha vuelto más lento y su voz no se proyecta con la fuerza de antes, la avileña Genoveva Esther Carral Borroto, mantiene la fuerza de carácter de siempre, a pesar de sus 100 años de vida.
Ella nació el 3 de enero 1920 en la ciudad de Ciego de Ávila, Cuba, donde ha vivido siempre.
Lúcida, enérgica, presumida, afable y de buen comer, festejó junto a sus familiares, ese cumpleaños tan especial y disfrutó al máximo de la reunión familiar y del bufet dispuesto para la ocasión.
La centenaria avileña no tiene padecimientos físicos ni mentales, sólo una hipertensión medicada y muy bien controlada.
Su comida favorita es el arroz con pollo, aunque tiene buen apetito y en general gusta de todos los dulces.
Genoveva Esther siempre ha sido una aficionada a los deportes, en especial del voleibol y el béisbol, ella conoce a los mejores deportistas cubanos y sigue los resultados de las competencias.
Algo sorprendente es que ella asegura que en su juventud jugó pelota en el poblado de Ceballos, con un equipo femenino, en el cual era lanzadora.
Dice que se cansa un poco al caminar, pero todavía tiene ímpetu para mantener el control de ciertos asuntos domésticos y manifiesta sentirse feliz con el cuidado y cariño que le profesa su familia.
Esta centenaria es madre de tres hijos, tiene ocho nietos y 15 bisnietos, además de otros muchos parientes, vecinos y amigos a quienes también dispensa sus afectos.
Genoveva Esther es una de las 69 personas que sobrepasan los 100 años de edad, en Ciego de Ávila, según se registra en el departamento de Atención al Adulto Mayor de la dirección provincial de Salud.
La esperanza
de vida de los avileños es de 78 años de edad y se trabaja en los programas de
Longevidad satisfactoria y atención geriátrica para extender y dar calidad de
existencia a la población.
Idania Pupo Freyre
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