Parece no
corresponderse su figura de modelo de pasarela y su temperamento equilibrado,
con el rigor de una lucha tan impresionante como lo es a golpe de espada.
Quien la ve alta,
esbelta, de modales finos, no la imagina en pleno combate, tratando de vencer a
su rival con toques y sonidos de armas que chocan una y otra vez.
Y es que Rachel
Carmen Rodríguez Cordero ha apostado su vida al deporte de la esgrima y escogió
la espada como arma de este milenario arte, que también es deporte.
Es avileña de
nacimiento y residencia, tiene 17 años y ya está catalogada como un talento de
la esgrima cubana.
Rachel estaba
destinada a ser figura en el deporte, por eso su mamá Marialis la matriculó en
el 2007 en la especialidad de nado sincronizado de la Academia de Deportes
Náuticos de Ciego de Ávila. Allí pasó dos cursos escolares sin pena ni gloria
porque varios factores no hacían fluir el desarrollo deportivo de la pequeña;
era lento el aprendizaje y sentía aburrimiento.
Ella necesitaba más
acción, mayor estímulo competitivo, por eso un día conoció de la esgrima como
deporte y, más por embullo que por vocación consiente, se fue para una aérea
cercana a su hogar, en la zona sur de la ciudad.
Allí la recibe la
profesora Liset, su indicadora, quien le dio un florete y la enseñó a moverse
rápido y con cautela para que el rival no la aventajara.
“No sabía nada de ese
deporte pero la profesora tenía una bonita figura y quise imitarla. Nunca le
tuve miedo al arma ni a los rivales”, dice Rachel rememorando sus inicios.
¿Cuándo cambias
de arma?
“En el año 2011,
cuando ya era alumna de la EIDE (Escuela
de Iniciación Deportiva) porque me vieron más condiciones para la espada y el
cambio me gustó”.
¿Por qué razón te gusta
ahora más la espada?
“Tiene elementos del florete y el sable, exige
resistencia y fuerza. Los toques son válidos en todas las partes del cuerpo del
rival…me resulta divertido competir con esta arma”.
Con el entrenador
Carlos Vega ha transitado la mayor parte del tiempo, hasta que él se fue a
cumplir una colaboración a República Dominicana y ahora está bajo la dirección de Andy
Alberto Arteaga. Con ambos ha interrelacionado bien y agradece sus enseñanzas.
En su todavía corta
carrera deportiva, ya ha ganado medallas de oro y bronce, individual y por
equipos, en Juegos Nacionales Escolares y ha competido en torneos nacionales de
primera categoría y juvenil.
A Rachel el deporte,
la competencia, el empeño en triunfar, le viene por herencia, pues es hija de
una Gloria del Deporte Cubano, el avileño Pedro Luis Rodríguez, campeón
panamericano de levantamiento de pesas.
De su mamá Mairelis
Cordero ha aprendido la perseverancia y el optimismo. Aunque a ella no le gustaba
que su hija se dedicara a la esgrima, no acostumbra a imponerle nada y ahora es
quien más disfruta de verla empuñando el sable y no se pierde una competencia
de su hija.
¿Ya comenzaste
a probarte en eventos de nivel?
“Si, ya integré el equipo
Cuba de la categoría cadete para el Campeonato Panamericano Juvenil que se
efectuó en La Habana en febrero del 2017”, responde.
“He competido en eventos
nacionales de primera categoría que me han hecho ganar experiencia y seguridad”
¿Cuáles son tus características como espadista?
“Soy calculadora y
explosiva a la vez”.
La joven avileña comenzará
en septiembre sus estudios superiores en la carrera de licenciatura en Cultura
Física y, por seguimiento es perspectiva inmediata para integrar el equipo
nacional de esgrima.
Gusta de escuchar música,
bailar, ver seriales de televisión y compartir con familiares y amigos. Es una
chica muy presumida, que viste moderno, cuida del arreglo de sus uñas, de su
pelo y sus modales.
Aunque condiciones
tiene, Rachel no estará en las pasarelas de la moda, exhibiendo la ropa de
importantes diseñadores, porque el éxito le espera en las pasarelas de la
esgrima, espada en ristre, compitiendo por sus triunfos que son los de Cuba.
Por: Idania Pupo Freyre
No hay comentarios:
Publicar un comentario