Me enferma.
Me malhumora
Me altera.
¡Me quema!
Literalmente estamos ardiendo.
La prensa nacional anunció en un titular: "Julio de 2015 tercer mes más caliente de Cuba en seis décadas"
Yo se lo del cambio climático, el Fenómeno del Niño y la Niña, pero cuando sube tanto la temperatura, se me anula el pensamiento y los deseos de toda actividad humana y natural.
Las personas a mi alrededor también se ven afectadas por el intenso calor. Están irritables o decaídas. Sudadas, desaliñadas, agotadas.
A pesar de haber nacido en esta isla, no me acostrumbro al fuerte verano del Caribe, pero este año lo califico de brutal.
Es agotador, pero mi país no se detiene.
Veo a los cubanos en sus trabajos, en viajes a las playas, ríos, piscinas. Asisten a los carnavales de sus pueblos. Van a bailables populares, conciertos, galas culturales. Aunque se sofoquen allí están.
Como tantas otras dificultades, los cubanos se imponen a las alta temperaturas.
Yo no tengo mucha capacidad para vencer el calor.
Me desplomo. ¿Y tu?
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