Carismático,
locuaz, ingenioso, simpático…, son calificativos que develan la personalidad
del político, tal vez, más querido de Brasil, donde fue presidente de pueblo y
que este miércoles visitó mi ciudad: Ciego de Ávila, Cuba.
Luiz Inácio Lula da Silva,
expresidente de la
República Federativa de Brasil, junto a empresarios de ese
país, visitó áreas productivas de la Empresa Agropecuaria Cubasoy, en esta provincia cubana, para conocer la
marcha del cultivo de la soya y otros granos.
En ameno diálogo, Lula
intercambió criterios e informaciones relacionados con aspectos técnicos,
tecnológicos y agronómicos de ese cultivo en el territorio; y las causas que
han incidido en los bajos rendimientos, entre estas, la lluvia, la acidez de
los suelos y la calidad de la semilla.
El exmandatario brasileño abordó la necesidad de realizar intercambios de especialistas y técnicos, mediante visitas de personal cubano en Brasil y viceversa, así como también de aprovechar la experiencia de los cientificos de la Empresa Brasileña de Investigaciones (EMBRAPA).
El exmandatario brasileño abordó la necesidad de realizar intercambios de especialistas y técnicos, mediante visitas de personal cubano en Brasil y viceversa, así como también de aprovechar la experiencia de los cientificos de la Empresa Brasileña de Investigaciones (EMBRAPA).
Durante el recorrido por las plantaciones y un centro productor de semillas, Lula da Silva se interesó por la calidad de los suelos, la capacidad de las reservas de agua, los tipos de tecnología utilizadas y valoró, de común acuerdo con los expertos de ambas naciones, proponerle al Gobierno brasileño estrechar los vínculos de cooperación, la estadía de personal calificado, las transferencias de tecnologías y estudiar la posibilidades para que jóvenes cubanos estudien en universidades de Brasil y traigan a Cuba la experiencia de la nación carioca en el cultivo de la soya.
En un aparte con la prensa, el ex mandatario se refirió a la situación de Venezuela y expresó que ya es tiempo de cesar con los enfrentamientos y abrirle un camino a la paz. Con esa crisis, señaló, no se puede construir la prosperidad; eso no le conviene a ningún venezolano y es necesario el diálogo entre ambas partes para superar la situación, porque de lo contrario llega un momento en que, quienes empiezan a sufrir, son los inocentes.
«Conozco muy bien al presidente Nicolás Maduro –aseguró- y creo que es un hombre excepcional, una persona muy capacitada y con condiciones formidables para dialogar y encontrar un camino para que Venezuela prospere, lo cual también es importante para toda América Latina. Tengo entendido que una parte de la oposición repudia la violencia, y eso es una señal para que el diálogo se produzca».
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