Desde la
brigada médica médica cubana que combate el ébola en Guinea nos envían esta
crónica acompañada de varias fotografías sobre el inicio de su trabajo
asistencial.
Bien temprano en
la mañana del 14 de noviembre, expertos de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), junto a los 37 colaboradores
cubanos que integran la
Brigada Médica de lucha contra el virus ébola en Guinea Conakry, fuímos despedidos por
el bravío océano Atlántico rumbo a la región de Forecariah, situada a 120 kilómetros de la Capital, bien intrincado
en la floresta, donde se ubica un Centro de atención a pacientes con ébola.
Después de cuatro
horas de viaje por carreteras en mal estado, no observamos la presencia de
centros de salud, sólo dos escuelitas, por cierto cerradas desde el inicio de
la epidemia.
Llamó nuestra atención un niño de apenas 9 años de edad con un pico en la mano cavando en la tierra para que su mamá sembrara, otros de 10 a 12 años de edad, cargando sobre sus cabezas cubetas de diez litros llenas de naranjas y melones para la venta, realidad que no permitiremos vuelva a nuestra Patria jamás.
Llamó nuestra atención un niño de apenas 9 años de edad con un pico en la mano cavando en la tierra para que su mamá sembrara, otros de 10 a 12 años de edad, cargando sobre sus cabezas cubetas de diez litros llenas de naranjas y melones para la venta, realidad que no permitiremos vuelva a nuestra Patria jamás.
Así las cosas, llegamos al
Centro de Forecariah, realizando recorrido por el mismo, donde intercambiamos
criterios con el personal guineano que allí labora y con los expertos de la OMS.
Debatimos
sobre el funcionamiento de un Centro ébola, aspectos sobre Bioseguridad y el
flujo de los pacientes. Se crearon equipos de trabajo y se realizaron
simulacros de atención a pacientes infestados por el virus.
En tal sentido, los doctores
Constanza Vallenas, Paola Méndez y Edward Zuroeste, profesores principales del
entrenamiento a cargo de este Organismo Internacional, coincidieron en referir
que nuestros profesionales poseen un alto nivel científico y una alta
motivación para enfrentar la misión asignada.
El entrenamiento de dos
días, concluyó exitosamente.
Esta experiencia permitió que los "37 guerrilleros
de batas blancas", una vez más, demostrarar que en condiciones adversas como
estas, siempre enarbolaremos banderas de unidad y victoria.
A nuestro Pueblo,
al Partido Comunista de Cuba
y a nuestro Gobierno, le enviamos desde Guinea Conakry un mensaje de confianza
y de total compromiso con la historia de nuestra Patria.
Nada ni nadie nos
detendrá.
Tomado del blog La Pupila Insomne
http://lapupilainsomne.wordpress.com
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