Por IDANIA PUPO FREYRE
EL MUNDO ha amanecido al Año Nuevo renegando su pobreza, lamentando los conflictos políticos y étnicos, llorando las epidemias y los accidentes, rechazando la drogadicción, el terrorismo, la corrupción y la desigualdad.
No es una visión pesimista, si no la observación más realista.
Un notable crecimiento de la pobreza y de la miseria extrema convierten el tema en archí conocido.
Son muchos los organismos que estudian, analizan y divulgan el fenómeno contemporáneo de un mundo extremadamente desarrollado en ciencia, tecnología, arte, deporte...., y penosamente pobre en cuanto a sociedad.
Entre ellas, la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos, con sede en Quito, el Banco Interamericano de Desarrollo, en una reunión de Gobernadores, la CEPAL, y el propio Banco Mundial, así como algunas otras agencias regionales que se preocupan de entregar visiones sobre fundamento estadístico.
Pero los simples números, aunque alarmantes, descansan relajadamente sobre las que hablan de "desempleo abierto" en el cual se incluye a todos los que han trabajado menos de una hora durante una semana...
De este modo las cifras de desempleados resultan siempre exiguas. Pero cuando la OIT suma diversas categorías de desempleados existentes en América Latina, se encuentra con cifras que llegan al 50 por ciento de la población económicamente activa (al caso, Estados Unidos, muestra el seis por ciento y la Unión Europea, el 12).
EUROPA TAMBIÈN ES POBRE
La conclusión a la que llegó la Conferencia Europea sobre Desarrollo, reunida en París, fue demoledora: El mundo se encamina hacia una hecatombe social por el empobrecimiento acelerado en el que están cayendo crecientes masas de población mundial. Aquí están las causas: reconocido fracaso de las medidas hasta ahora aplicadas y
tremenda dificultad para diseñar otras que reviertan esa situación.
Con la llamada Nueva Economía solo ha acelerar la pobreza y se ha introducido un elemento nuevo; se busca el incremento continuado de la productividad a la vez que la reducción de los costos pero juntamente con el incremento de la cuota de mercado y todo ello en gran medida y como consecuencia, la disminución del tamaño del papel de los Estados.
En los países en desarrollo viven 1300 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, más de 100 millones viven en estas condiciones en los países industrializados, y 120 millones en Europa Oriental y Asia Central.
LAS ESTADÍSTICAS DEMUESTRAN LA CRISIS
Hay cifras oficiales dejan traslucir la dimensión de la crisis mundial:
—Las guerras y los conflictos internos ocurridos en el decenio de 1990 obligaron a 50 millones de personas a abandonar sus hogares. —Cien millones de niños viven o trabajan en la calle. —18 millones de personas mueren cada año de enfermedades transmisibles. —Hay más de diez millones de refugiados y cinco millones de personas desplazadas. —Cada año hay en el mundo 40 millones de nacimientos que no se inscriben. —Más de 3000 niños mueren diariamente a causa de enfermedades que en su mayoría podrían evitarse.
—Los conflictos armados infligieron lesiones a más de seis millones de personas. —Hay unos 500 millones de armas pequeñas en circulación en todo el mundo. POBREZA GALOPANTE
El número de pobres se ha multiplicado por 20 en Europa del Este y la ex URSS, según el último informe dado a conocer por el Banco Mundial, "en un momento de riqueza sin precedentes para muchos países", la brecha entre los 20 países más ricos y los 20 países más pobres se ha multiplicado por dos en los últimos 40 años, siendo la proporción 37 a uno entre unos y otros.
Así reza uno de los tantos informes que circulan en cumbres, reuniones y parlamentos, sin que estos puedan, con sus denuncias y medidas, frenar el feo rostros de la pobreza.
Y estas crisis económicas generan desordenes sociales, desempleo, delincuencia, ignorancia..., verdaderos caos.
REFERENCIAS DE FIDEL
En el discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruzen la sesión inaugural de la Cumbre Sur del 2000 hizo sentencia muy acertadas sobre el tema al decir:
“La globalización es una realidad objetiva, que pone de manifiesto nuestra condición de pasajeros en un mismo barco, este planeta habitado por todos. Pero en ese barco los pasajeros viajan en condiciones muy desiguales (...) Los Jefes de Estado y de Gobierno que aquí nos reunimos, representantes de la abrumadora y doliente mayoría, tenemos el derecho y aun más la obligación de dar un golpe de timón y corregir ese rumbo catastrófico. Tenemos la obligación de ocupar el lugar que nos corresponde en el puente de mando y hacer que todos naveguemos en condiciones de solidaridad y justicia (...) Hace falta un Nuremberg para juzgar el orden económico que nos han impuesto, que cada tres años mata de hambre y de enfermedades previsibles o curables más hombres, mujeres y niños que todos los que en seis años mató la Segunda Guerra Mundial”.
Mientras que se invierten millones de millones en transnacionales, empresas y negocios lícitos e ilícitos, se desarrolla la ciencia y la técnica con descubrimientos insospechables, se logran récords en los deportes fuera de la posibilidad humana y el arte multiplica sus formas y alcance, miles de miles en el mundo están privados de la ciencia, la técnica, el deporte, el arte... y el pan.
Decididamente en el 2007 el mundo ha amanecido mucho más pobre.