Por IDANIA PUPO FREYRE Fotos: Agencia AP
Hay noticias de una escalada bélica estadounidense en Iraq, que es lo mismo que decir más militares involucrados en la contienda, más
destrucción en el país árabe y más dolor, tanto para familias iraquíes como para la sociedad norteamericana.
Más de 3 000 soldados estadounidenses llegaron a Bagdad, en lo que constituye el primer envío de soldados adicionales que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prometió para la capital iraquí.
La anterior información encabezó la portada de BBC digital el domingo, día en que la agencia Associated Press hacia circular la siguiente fatídica noticia:
Por lo menos 20 soldados estadounidenses murieron ayer en Iraq en el día más mortífero para las tropas norteamericanas en dos años, en momentos en que aumenta la oposición del Congreso a la decisión del presidente George W. Bush de enviar más de 20 000 efectivos adicionales al conflicto.
La cifra de ayer es la tercera mayor para un día desde que la guerra comenzó en marzo del 2003 y sólo es superada por las 37 bajas del 26 de enero del 2005, y las 28 del tercer día de la invasión.
Con sus descabelladas decisiones, Bush solo pretende sembrar destrucción y muerte y, a pesar de la condena mundial a su política agresiva e intervensionista, se incrementan los gastos militares, el envió de tropas y armamento y , por consecuencia, las víctimas.
Un día después de la llegada a ese país del primer contingente de tropas adicionales ordenado por el presidente de Estados Unidos, murieron en Bagdad al menos cien personas, 88 de ellas en un atentado con explosivos, y casi dos centenares resultaron heridas en un doble golpe cometido con dos coches bomba en un mercado de la capital iraquí.
Iraq ha sufrido en esta guerra la pérdida de miles de ciudadanos y la destrucción de incontables riquezas, de su patrimonio histórico como cuna de la humanidad y de recursos naturales no renovables. A su vez el gobierno de Washintong ya ha destinado más de 200.000 millones de dólares que hasta ahora ha costado el esfuerzo bélico, el cual ha ocasionado unos dos mil soldados muertos, otros 15 mil han resultado heridos, muchos de ellos quedaron mutilados o con trastornos síquicos a consecuencia de esta guerra de ocupación.
destrucción en el país árabe y más dolor, tanto para familias iraquíes como para la sociedad norteamericana.
Más de 3 000 soldados estadounidenses llegaron a Bagdad, en lo que constituye el primer envío de soldados adicionales que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prometió para la capital iraquí.
La anterior información encabezó la portada de BBC digital el domingo, día en que la agencia Associated Press hacia circular la siguiente fatídica noticia:
Por lo menos 20 soldados estadounidenses murieron ayer en Iraq en el día más mortífero para las tropas norteamericanas en dos años, en momentos en que aumenta la oposición del Congreso a la decisión del presidente George W. Bush de enviar más de 20 000 efectivos adicionales al conflicto.
La cifra de ayer es la tercera mayor para un día desde que la guerra comenzó en marzo del 2003 y sólo es superada por las 37 bajas del 26 de enero del 2005, y las 28 del tercer día de la invasión.
Con sus descabelladas decisiones, Bush solo pretende sembrar destrucción y muerte y, a pesar de la condena mundial a su política agresiva e intervensionista, se incrementan los gastos militares, el envió de tropas y armamento y , por consecuencia, las víctimas.
Un día después de la llegada a ese país del primer contingente de tropas adicionales ordenado por el presidente de Estados Unidos, murieron en Bagdad al menos cien personas, 88 de ellas en un atentado con explosivos, y casi dos centenares resultaron heridas en un doble golpe cometido con dos coches bomba en un mercado de la capital iraquí.
Iraq ha sufrido en esta guerra la pérdida de miles de ciudadanos y la destrucción de incontables riquezas, de su patrimonio histórico como cuna de la humanidad y de recursos naturales no renovables. A su vez el gobierno de Washintong ya ha destinado más de 200.000 millones de dólares que hasta ahora ha costado el esfuerzo bélico, el cual ha ocasionado unos dos mil soldados muertos, otros 15 mil han resultado heridos, muchos de ellos quedaron mutilados o con trastornos síquicos a consecuencia de esta guerra de ocupación.
Norteamericanos y ciudadanos de varios países, integrantes del ejército invasor han perdido la vida en una invasión que el Presidente de los Estados Unidos no ha podido justificar ante su pueblo y el mundo.
Pero la obsesión de Bush por dominar al universo lo ha llevado a otra descabellada decisión: formar tropas mercenarias e invasoras con el objetivo de imponer su política ante el creciente avance social de muchos países de América Latina.
Al respecto apareció el siguiente despacho noticioso:
La administración del presidente George W. Bush dejó entrever hoy su primera reacción hostil al avance de los movimientos progresistas en Latinoamérica: volverá a entrenar militares en la región, reportó el diario USA Today ante el pavor de sus muchos de sus lectores.Las recientes victorias de gobiernos de izquierda en América Latina indujeron a la Casa Blanca a reasumir el adiestramiento de tropas nacionales en 11 países del subcontinente y el Caribe.
Causa pavor a la administración de Bush que el sub continente americano despierte de su miseria, de la dependencia administrativa, de la explotación de sus riquezas y de las políticas neoliberales que le caracterizan.
Al estilo de la invasión a Playa Girón, ahora el gobierno norteamericano quiere reclutar inmigrantes y nacionales, adiestrarlos y formar otro ejercito invasor para reprimir el derecho de los latinoamericanos a construir sociedades justas y equitativas.
La toma del poder de presidentes y partidos con tendencias de izquierdas o simplemente, renegados al anexionismo y ha aceptar los dictámenes del imperio del Norte, asusta a Bush.
Venezuela, Chile, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, entre otros, han elegido gobernantes que se preocupan por la problemática social de sus pueblos, instauran políticas integracionistas y tratados comerciales regionales, primados por la equidad y la ayuda mutua.
Programas avanzados de salud pública y de alfabetización, gratuitos, favorecen a cientos de miles de latinoamericano, quienes nunca antes habían tenido acceso a la atención médica ni a la educación. Estos son dos de los principales empeños de los gobiernos de Venezuela y Bolivia y que otras naciones también se implantan y se estudian con asesoría cubana.
El despertar de los pueblos atemoriza a Bush, pero ni su política militarista, invasora y de sembrar destrucción, dolor y muerte podrán dominar a los pueblos, tanto del Medio Oriente como de América Latina.
La suerte está echada y no habrá retroceso, aunque si lucha. El mundo no se someterá a los dictados de Bush, a pesar de su moderna versión de las “cañoneras”.
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