El dolor de Guillermo Avilés
jueves, agosto 17, 2006
CUANDO UN AMIGO SE QUEDA
Por IDANIA PUPO FREYRE
DICEN que Eddy se nos fue. Un inconsciente violador de las leyes del tránsito impactó su auto, le causó lesiones graves en el único punto débil de su vigoroso organismo: los pulmones y, aunque durante 25 días ofreció su último combate, ante la muerte, esta fue inevitablemente la vencedora.
Cierto que su figura impresionante, majestuosa, elegante, no recorrerá senderos; ni se escuchará su voz, insigne del deporte cubano; ni estallará su risa fácil, ni su carisma volverá a imponerse en quienes le conocíamos personalmente y en los cientos de miles que tanto lo han querido desde la radio, la televisión, la prensa escrito y sus libros.
No lo volveremos a estrechar ni podremos pedirle el consejo, la orientación..., tomar de su sabiduría la porción necesaria para crecernos profesionalmente.
Pero Eddy Martin es de las personas que se quedan, que perpetúan, no solo por lo gigante de su obra personal, si no por la simpatía, bondad y cariño que repartía a su paso por la vida. Por su talla humana
Fue de los hombres de estatura inmensa a quien su arrolladora fama, no logró tocarlo con un ápice de vanidad. Siempre pueblo, siempre amigo, siempre origen.
Dejó para todos el legado de haber hecho periodismo, locución, historia. Desde corresponsal de guerra en Playa Girón a narrador de vuelos espaciales. De cronista deportivo en la prensa plana, la radio, la televisión, el cine y el periodismo digital a conductor de programa, espectáculos y actos políticos.
Intervenciones de Fidel en la ONU, del Che en Punta del Este, Uruguay, viajes al extranjero con Raúl Castro y Vilma Espín, gestas revolucionaria en Playa Girón y la Sierra Maestra, luchas y prisiones en la clandestinidad, vuelos espaciales, Olimpíadas, Campeonatos Mundiales...., los hechos más connotados del país y la Revolución tuvieron al excepcional profesional avileño de testigo de primera línea.
Un paradigma, así lo definió la locutora Gladys Goizueta. Todos los que lo conocimos extrañaremos al caballero de la dulce sonrisa, la decencia a flor de piel y la pluma diestra y fecunda. Al entrañable y fiel amigo. Al veterano y leal fidelista. ¡Qué orgullo para sus amigos y lectores, para el pueblo de Cuba la obra que deja!, escribió en un correo de condolencia el avileño Ángel Guerra, exdirector de Bohemia y Juventud Rebelde, en los años en que Eddy escribía para esos órganos de prensa.
Eddy, fue un privilegio conocerte, dijo la documentalista Julia Osendi en la despedida de su sepelio. El destacado colega cubano Juan Marrero definió a Eddy como el Martín Dihigo del periodismo cubano, por esa capacidad de desempeñarse en cualquier posición y brillar en todas.
Tres días antes de su fatal accidente me contaba por teléfono de sus proyectos futuros: Después de las Olimpíadas de Beijín, en el 2008, me voy a retirar, tengo que escribir más libros, contar vivencias, anécdotas, historias..., siempre activo, lleno de planes, de trabajo.
Imposible. No podemos dejarlo marchar. Eddy Martin es de las personas que no nos abandonan, él estará siempre aquí con nosotros, desgranando su risa constante, su ternura, la firmeza para defender sus criterios y el ejemplo de una obra difícil de igualar.
Cuando un amigo se queda se nos ensancha el corazón para seguirlo queriendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario