Basta que suceda un hecho trágico para que la solidaridad del cubano se desborde, en un acto de humanidad infinita.
Sucedió este lunes, cuando Ciego de Ávila despertó con la triste noticia de un accidente: un camión y un ómnibus incendiados, dos fallecidos y 14 viajeros heridos.
De inmediato se movilizaron muchísimas personas, primero para ayudar a
las víctimas a salir de entre las llamas y trasladarlos al hospital.
Mientras los bomberos avileños apagaban el fuego, en la institución hospitalaria se desplegó el sistema creado para casos de accidentes masivos y decenas de médicos, personal técnico y de enfermería, atendían a cada herido.
Directivos de Salud, autoridades de la provincia, se presentaron en el hospital Doctor Antonio Luaces Iraola, de la capital avileña, para dar el apoyo necesario en tan triste caso
Cada accidentado fue examinado con meticulosidad y de inmediato se tomaban las acciones para suturar heridas, reducir fracturas, calmar dolores y todo lo necesario para cada paciente.
La mayoría de los lesionados son figuras populares por integrar la orquesta Charanga Habanera, pero igual sucedería con cualquier persona, víctima de un accidente de cualquier tipo.
Además de las acciones médicas tomadas, el personal del hospital avileño dio apoyo emocional a sus inusitados pacientes, en un caso tan estresante como viajar en un ómnibus que de pronto se incendia.
Y ese intercambio de sentimientos es un acto de amor, que actúa como eficiente terapia y así lo han reconocido públicamente los involucrados en el siniestro ocurrido en las cercanías de la ciudad de Ciego de Ávila.
Se lamenta el fallecimiento de dos personas, ambas choferes de ómnibus, y primó el interés por la evolución de los heridos hasta que fueron dados de alta, aunque no existiera una relación personal con ellos. Sencillamente eran seres humanos, hermanos cubanos.
Los momentos difíciles de la vida prueban la capacidad de los cubanos para enfrentar adversidades, sin esperar una retribución material o un reconocimiento social determinado, porque es sólo un acto de amor.
Por: Idania Pupo Freyre
Mientras los bomberos avileños apagaban el fuego, en la institución hospitalaria se desplegó el sistema creado para casos de accidentes masivos y decenas de médicos, personal técnico y de enfermería, atendían a cada herido.
Directivos de Salud, autoridades de la provincia, se presentaron en el hospital Doctor Antonio Luaces Iraola, de la capital avileña, para dar el apoyo necesario en tan triste caso
Cada accidentado fue examinado con meticulosidad y de inmediato se tomaban las acciones para suturar heridas, reducir fracturas, calmar dolores y todo lo necesario para cada paciente.
La mayoría de los lesionados son figuras populares por integrar la orquesta Charanga Habanera, pero igual sucedería con cualquier persona, víctima de un accidente de cualquier tipo.
Además de las acciones médicas tomadas, el personal del hospital avileño dio apoyo emocional a sus inusitados pacientes, en un caso tan estresante como viajar en un ómnibus que de pronto se incendia.
Y ese intercambio de sentimientos es un acto de amor, que actúa como eficiente terapia y así lo han reconocido públicamente los involucrados en el siniestro ocurrido en las cercanías de la ciudad de Ciego de Ávila.
Se lamenta el fallecimiento de dos personas, ambas choferes de ómnibus, y primó el interés por la evolución de los heridos hasta que fueron dados de alta, aunque no existiera una relación personal con ellos. Sencillamente eran seres humanos, hermanos cubanos.
Los momentos difíciles de la vida prueban la capacidad de los cubanos para enfrentar adversidades, sin esperar una retribución material o un reconocimiento social determinado, porque es sólo un acto de amor.
Por: Idania Pupo Freyre
No hay comentarios:
Publicar un comentario