Es una sensación extraña la que se siente cuando estamos ante un
peligro avisado. El fuerte huracán Matthew amenaza con azotar a Cuba y
viene coqueteando las categorías 4 y 5, con vientos sostenidos de más de
230 kilómetros por hora, con rachas de hasta 300...de ESPANTO.
Y
los cubanos conocemos bien que quieren decir todos estos datos: daño,
destrucción, muerte..., perdida de personas, de cosechas, de casas, de
árboles...de vida.
La gran bestia llena de lluvia y aire viene caminando lento para atacar
con toda fuerza a Cuba y, aunque esto sucederá entre la noche del lunes
y el amanecer del martes, ya lo sabemos.
Las cinco provincias
orientales son su blanco. Por allá todos se preparan y cumplen las
disposiciones de la Defensa Civil para tratar de aminorar los daños y
preservar, sobre todo, la vida..
Es angustiosa esta espera. Hay miedo, hay conciencia del peligro y hay serenidad para hacer las tareas preventivas.
Los cubanos que vivimos en la isla enfrentaremos otra dura prueba. Los
cubanos que no están en la isla sienten la tensión multiplicada por la
distancia. Y es en momentos como estos, cuando el peligro asecha al
pequeño caimán del Caribe, cuando todos unimos nuestras manos y
corazones en torno a la Patria de todos.
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