El verano trae esa dicotomía entre el molesto calor y el ánimo festivo y de disfrute.
La familia se reúne, se visitan de una casa a otra, de un pueblo a otro, de una provincia a otra. Las elevadas temperaturas permiten vestirse de foma "más ligera", tener vacaciones escolares y laborales y van ha centros recreativos.
Algunas familias les gusta la playa y desafían las quemaduras del sol, acentuadas por la sal del mar.
Otros pefieren el frescor de los ríos y lagunas y los hay que gustan de los baños en piscinas.
El verano siempre va ha estar asociado al agua: salada, dulce, tibia por el sol o fresquita por los árboles y la vegetación de las márgenes de riachuelos.
¡Cuántas opciones en una isla con tanta agua a su alrededor y en partes del centro, en tierra firme!
Campismos, hoteles, casas de alquiler y hasta tiendas de campaña, se habitan más de lo habitual. Es la maravilla del verano en Cuba.
A pesar de las dificultades económicas que vive el país y las afectaciones que trae a su población, siempre la familia se ajusta el cnturón y busca una "platica" extra para llenar centro recreativos en la etapa estival de cada año.
Porque también en julio y agosto, restaurantes, heladerías, teatros, cines, bailables, tiendas, calles y parques, atraen a más ciudadanos que en otros meses del año.
Asi es mi Cuba, llena de gente feliz, compartidora, bulliciosa y colorida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario