Una mujer resaltaba dentro de la multitud por su incómodo vestuario en medio de un sol y calor insoportables hoy, en Ciego de Ávila, Cuba.
Pero nada hace que Alia Fawzy renuncie a usar sus
hábitos islámicos. Identifiqué su nacionalidad porque traída su cabellera
cubierta con un hiyab de colores y forma de la bandera de Palestina.
¿Qué podía hacer esta mujer palestina en mi ciudad,
esta mañana de intenso verano?
Un motivo de felicidad la trajo a tan lejano punto
geográfico: su hijo Yazan Youse Fawzy se graduaba de doctor en Medicina tras
varios años de estudios en Cuba.
Esta carrera la inició en la Habana y la concluyó en la Facultad de Ciencias Médicas
de Ciego de Ávila, donde este día recibió su título y acreditaciones.
Me enteré de esta historia porque no pude reprimir mi
deseo de saludarla, de decirle cuánto me indigna y deprime las escenas de
muerte y destrucción que, por estos días, la agresión de Israel trae a la Franja de Gaza.
La señora se emociona y me cuenta que
años atrás, y por estos motivos, ella fue a vivir a Jordania. Así salvó su vida y la de su familia y hoy puede tener un hijo médico.
años atrás, y por estos motivos, ella fue a vivir a Jordania. Así salvó su vida y la de su familia y hoy puede tener un hijo médico.
Le insisto sobre mi condena al sionismo israelita que
está robando su tierra natal y llenándola de metralla, muerte, destrucción y
dolor, entonces Alia Fawzy me toma mis manos y las aprieta fuerte entre las de
ella, como símbolo de agradecimiento por partida doble, por la solidaridad de
Cuba con la causa palestina y por hacer de su hijo un médico que hará crecer la
vida.
Texto y fotos: Idania Pupo Freyre
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