Cierto, Grúa Nueva es una comunidad difícil de encontrar en un mapa de
la geografía de Cuba. Así de pequeño es.
Un caserío con carretera por medio, bien estructurado, con un ambiente
muy plácido. El fresco, la tranquilidad, la ausencia de ruidos citadinos y la
amplitud de las casas y locales públicos, hacen del lugar, sitio de paz.
Grúa Nueva tiene un fondo habitacional bastante cuidado. Sus habitantes
mantienen sus casas pintadas, limpias y sus patios muy bien barridos.
Pero no todas las viviendas están en óptimo estado ni todos los
pobladores disponían de habitáculos con condiciones.
De ahí que las autoridades locales evaluaran los diferentes casos y,
escalonadamente, van resolviendo estos problemas.
Hasta el momento se han otorgado 14 subsidios a igual número de familias
de bajos ingresos, problemas sociales y casos especiales.
Es decir, que cada uno de ellos recibió de forma absolutamente gratuita,
54 000 pesos para comprar materiales de construcción y el pago a los albañiles
y así facilitar la edificación de nuevos hogares.
Cierto que los elementos constructivos: cemento, arena, cabillas,
bloques…, no están de forma permanente en el local de venta y, a veces, hay que
esperar que existan allí, dar varios viajes para localizar determinado
material, pero con estos y algún que otro inconveniente, los residentes en Grúa
Nueva han ido construyendo sus casas campestres.
Las fotos muestran algunas de las viviendas de la comunidad que armonizan con su entorno natural campestre.
Vida nueva se aprecia en Grúa Nueva, sobre todo para los ancianos que
conocieron cómo era esta comunidad medio siglo atrás y las mínimas
oportunidades que tenían sus pobladores.
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