Por IDANIA PUPO FREYRE
Foto: LEONEL IPARRAGUIRRE
La noticia circuló en la fecha conclusiva del Congreso de Pediatría, efectuado el pasado mes en el Palacio de Convenciones de Ciudad de La Habana: se otorga el Premio Aballí en investigación básica a la doctora María Eugenia Rizo García, de Ciego de Ávila, por un trabajo sobre la dieta cetogénica a niños epilépticos refractarios (resistentes a medicamentos).
Justo reconocimiento al trabajo de esta profesional y el equipo multidisciplinario que en el Hospital Universitario Roberto Rodríguez, de Morón, laboran intensamente a fin de validar esta practica en el país.
La epilepsia es un trastorno cerebral que hace que las personas tengan convulsiones recurrentes, las cuales ocurren cuando los grupos de células nerviosas (neuronas) del cerebro envían señales erróneas. Quienes la padecen pueden tener sensaciones y emociones extrañas o comportarse de una manera rara, también espasmos musculares violentos o perder el conocimiento.
Acerca del trabajo premiado, su autora principal dice:
El trabajo investigativo se titula: “Evaluación clínica y electroencefalográfica de una serie de pacientes en régimen de dieta cetogénica: primera experiencia cubana”, lo defendí en el Congreso en una intervención oral de 30 minutos y uno de nuestros objetivos es extender el proyecto a otras provincias para beneficios de los niños epilépticos refractarios.
La doctora Rizo hace énfasis en sus compañeros de investigación: —Laboran conmigo en dicho proyecto los doctores Seidel Guerra López, epilectologo; María de los A. Pedroso Rodríguez, neurofisióloga y clínica pediátrica, y Lázaro A. Pérez Samper, endocrinólogo infantil, entre otros. Todos nos hemos entregado con mucho amor a esta labor.
Hay niños epilépticos que son resistentes a los medicamentos, tampoco son tributarios de cirugía y entonces la situación es difícil porque no tienen calidad de vida. Aunque en otros países se experimenta con las dietas cetogénicas para estos casos, en Cuba nadie había hecho intentos y con esta experiencia nosotros probamos que con nuestros reactivos y las dietas orientadas se puede controlar la enfermedad, dice la especialista.
La dieta cetogénica es rica en grasas, con un aporte adecuada en proteína y bien baja en carbohidratos. También es fundamental el entrenamiento materno o de la persona que atiende directamente al niño, porque es imprescindible el cuidar el intercambio de alimentos y solo darles a comer lo orientado por quienes los atendemos.
La doctora Maria Eugenia Rizo García es natural de la ciudad de Camagüey. Cursó sus estudios de Medicina y de la especialidad de Pediatría en Ciudad de La Habana. En 1972 es destinada a trabajar en la ciudad de Morón, donde fundó su familia, tendió raíces y allí tiene un gran reconocimiento de la comunidad por los años dedicados a la atención de niños y adolescentes.
Fue fundadora del servicio de terapia intensiva pediátrica en el hospital de Morón, municipio al norte de la provincia de Ciego de Ávila, y en la actualidad trabaja en la sala Misceláneas B para adolescentes, a la par que lleva este trabajo investigativo y atiende a cuanto infante requiera de su experiencia y conocimientos.
Con la satisfacción que ofrece ayudar a niños y sus familiares en un problema de salud que trasciende a su normal desempeño en la sociedad, la doctora Rizo abunda sobre el experimento:
La evaluación clínica se realizó considerando el número de crisis diarias y el estado cognitivo de los niños seleccionados para esta experiencia, se hicieron electroencefalogramas seriados y se evaluaron comparativamente por inspección visual del trazado. La totalidad de los casos presentó evidente mejoría cognitiva. La dieta produjo cambios favorables en la electrogénesis cerebral, con notable y progresiva mejoría de la organización de la actividad de base y disminución de la actividad epileptogénica a partir de los seis meses.
Alrededor de 40 millones de personas en el mundo están aquejadas de epilepsia, de las cuales nueve millones viven en América Latina, lo que equivaldría a decir que en cada país de nuestra región cerca de un dos por ciento de la población presenta esta dolencia.
La dieta cetogénica clásica se desarrolló en 1920 en niños con crisis de muy difícil control y en la actualidad continúa su uso en pacientes que tienen mala respuesta a los medicamentos antiepilépticos.
De forma categórica y suavizada por su característica sonrisa, la doctora María Eugenia Rizo concluye:
Esta dieta es una alternativa terapéutica válida en el control de las epilepsias refractarias, mucho menos costosa que otros esquemas de tratamiento y puede ser adaptada a nuestros hábitos y costumbres alimentarias con el propósito de mejorar la vida de los niños que la padecen.