El dolor de Guillermo Avilés
martes, mayo 30, 2006
ASESINO DE BLANCO
Por IDANIA PUPO FREYRE
SIEMPRE vestido de impecable blanco, muy delgado y de apariencia frágil, es un asesino en extremo peligroso que pulula por el mundo, causando muertes y sufrimientos.
Ha sido juzgado en incontables tribunales y condenado siempre, aún así, tiene muchos cómplices, quienes facilitan su acción destructiva.
El reo de la humanidad tiene un nombre al cual agrega distintos apellidos. Él se llama CIGARRO y se apellida Populares, Malboro, Aromas, Hollywood, Visan...
LA TETRICA NOTICIA
En el planeta existen más de 1 100 millones de fumadores, mientras seis personas fallecen cada minuto a raíz de enfermedades asociadas con este hábito el cual es causante de tumores malignos de pulmón, ovarios, mama, estómago, entre otros, pero también puede provocar enfermedades cardiovasculares, según datos de la Organización Mundial de la salud (OMS). Actualmente hay una tendencia mundial hacia un tabaquismo de inicio en edades cada vez más tempranas. El hábito de fumar constituye un serio problema de salud que afecta a un elevado y creciente número de personas en el mundo.
MUERTE ANUNCIADA
Parece increíble que cualquier persona racional se deje aniquilar por un simple cigarro. Un trozo de papel maloliente puede tronchar la vida de personas fuertes, sanas e inteligentes, quienes, en franco acto de suicidio, se entregan al "placer" de enfermar y hasta morir, pagando así el alto costo de cada bocanada.
HUMO DE FUMADORES PUEDE CAUSAR CARIES EN LOS NIÑOS
Los niños pequeños que son expuestos al humo de los fumadores tienen un índice mucho más alto de caries dentales que los que no están sometidos a esta sustancia nociva, según un estudio divulgado en Estados Unidos.
El informe de la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención de la Salud (AHRQ), es el primero en el país que establece una relación entre el humo de los fumadores y las caries de los fumadores pasivos, un problema de salud que cuesta aproximadamente 4 500 millones de dólares al año.
Las caries en los niños también son más evidentes entre las familias pobres y que tienen menos acceso a los servicios dentales, afirma el estudio publicado en la Journal of The American Medical Association.Utilizando datos y exámenes médicos realizados en cerca de 4 000 pequeños de cuatro a once años de edad, el estudio descubrió que los niños tenían un riesgo más alto de caries dentales si presentaban niveles altos de cotinina, un derivado de la nicotina que indica la exposición al humo de los fumadores.
PROHIBICIONES PARA FUMADORES IMPERTINENTES
Y algunos de estos suicidas —fumadores—, no les vasta con envenenares ellos, pues en un gesto muy desconsiderado, fuman cerca de otras personas, quienes involuntariamente absorben la nicotina que despiden sus cigarros y, por consecuencia, también se dañan.
En Cuba, como en países desarrollados, existen decretos que protegen el medio ambiente y libran a los llamados fumadores pasivos de la acción destructiva de los fumadores activos. En lugares públicos, locales cerrados, transportes de pasajeros y espacios de concurrencia general, está prohibido fumar.
Vale defender el derecho a la salud. El asesino de blanco seguirá cobrando víctimas, sembrando enfermedad, sufrimiento y muerte, mientras que la humanidad en pleno no lo condene.
miércoles, mayo 24, 2006
EL MUNDO IGNORA LA MAGNITUD DE LA HAMBRUNA
SHARM EL SHEIJ, Egipto (Reuters) - Trescientos millones de niños pasan hambre y 18.000 mueren cada día por escasez de alimentos mientras el mundo sigue ignorando mayoritariamente la magnitud del problema, dijo el responsable del organismo de alimentación de la ONU.
"Si el titular en la prensa mañana fuera 'Cuarenta y cinco 747s se han estrellado, todos los que iban a bordo han muerto, y, por cierto, eran todos niños', el mundo se sentiría ultrajado", dijo James Morris, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).
"Creo sinceramente que la opinión pública no entiende la gravedad del asunto", añadió.
Los organismos humanitarios dicen que los gobiernos ricos no están dando lo suficiente para combatir el hambre, que mata a más personas que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos.
En una entrevista con Reuters, Morris dijo que el 90 por ciento de las personas que sufren hambruna o están en riesgo de sufrirla no acaparan titulares, y ese número sigue aumentando.
"Hay lugares de América Central en los que el 50 por ciento de los niños de menos de cinco años sufren desnutrición crónica y, si uno se fija en las poblaciones indígenas, ese número podría ser del 70 o el 80 por ciento", indicó.
El mundo produce suficientes alimentos para dar de comer a todos, con un 17 por ciento más de calorías por persona hoy día que hace 30 años, según el Servicio Mundial de Educación sobre el Hambre, pero la distribución no es igualitaria.
La presión sobre la escasez de recursos, la sequía, el crecimiento de las desigualdades y el conflicto han agravado la desnutrición entre los desempleados de barriadas pobres urbanas, familias de agricultores sin tierra, huérfanos del SIDA y enfermos.
El alza de los desastres naturales, que fueron 400 en 2005, frente a los cien de 1975, ha empeorando aún más las cosas, según el Banco Mundial. En la última década, 2.600 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales, frente a los 1.600 millones de la década anterior.
"Tenemos mucho de lo que preocuparnos", dijo Morris.
Las Naciones Unidas dijeron este mes que han recibido menos de una quinta parte de los 92 millones de dólares necesarios para ayudar a salvar a los 300.000 niños amenazados con morir de hambre en la árida región del Sahel, que se extiende por Níger, Mali, Burkina Faso y Mauritania.
ESCANDALOSO
Cientos de miles de personas marcharon el domingo por distintas ciudades en una manifestación mundial contra el hambre organizada por el Programa Mundial de Alimentos.
"Sabemos cómo resolver el problema", dijo Morris. "Podemos dar de comer a un niño por 30 euros durante un año escolar".
Morris hizo estas declaraciones en el Foro Económico Mundial en Sharm El Sheij, donde líderes empresariales y políticos debatieron formas de promocionar la riqueza, la paz y la estabilidad en Oriente Medio.
Si no hay progresos en el combate de problemas como la deficiencia de hierro - que el PMA estima que dificulta el desarrollo mental del 40 al 60 por ciento de los niños en los países en vías de desarrollo - hay riesgo de que los progresos se estanquen.
"Alimentar a los niños de cero a dos años es la inversión más importante que un país puede hacer para su bienestar económico futuro", explicó Morris.
"Si el titular en la prensa mañana fuera 'Cuarenta y cinco 747s se han estrellado, todos los que iban a bordo han muerto, y, por cierto, eran todos niños', el mundo se sentiría ultrajado", dijo James Morris, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).
"Creo sinceramente que la opinión pública no entiende la gravedad del asunto", añadió.
Los organismos humanitarios dicen que los gobiernos ricos no están dando lo suficiente para combatir el hambre, que mata a más personas que el SIDA, la tuberculosis y la malaria juntos.
En una entrevista con Reuters, Morris dijo que el 90 por ciento de las personas que sufren hambruna o están en riesgo de sufrirla no acaparan titulares, y ese número sigue aumentando.
"Hay lugares de América Central en los que el 50 por ciento de los niños de menos de cinco años sufren desnutrición crónica y, si uno se fija en las poblaciones indígenas, ese número podría ser del 70 o el 80 por ciento", indicó.
El mundo produce suficientes alimentos para dar de comer a todos, con un 17 por ciento más de calorías por persona hoy día que hace 30 años, según el Servicio Mundial de Educación sobre el Hambre, pero la distribución no es igualitaria.
La presión sobre la escasez de recursos, la sequía, el crecimiento de las desigualdades y el conflicto han agravado la desnutrición entre los desempleados de barriadas pobres urbanas, familias de agricultores sin tierra, huérfanos del SIDA y enfermos.
El alza de los desastres naturales, que fueron 400 en 2005, frente a los cien de 1975, ha empeorando aún más las cosas, según el Banco Mundial. En la última década, 2.600 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales, frente a los 1.600 millones de la década anterior.
"Tenemos mucho de lo que preocuparnos", dijo Morris.
Las Naciones Unidas dijeron este mes que han recibido menos de una quinta parte de los 92 millones de dólares necesarios para ayudar a salvar a los 300.000 niños amenazados con morir de hambre en la árida región del Sahel, que se extiende por Níger, Mali, Burkina Faso y Mauritania.
ESCANDALOSO
Cientos de miles de personas marcharon el domingo por distintas ciudades en una manifestación mundial contra el hambre organizada por el Programa Mundial de Alimentos.
"Sabemos cómo resolver el problema", dijo Morris. "Podemos dar de comer a un niño por 30 euros durante un año escolar".
Morris hizo estas declaraciones en el Foro Económico Mundial en Sharm El Sheij, donde líderes empresariales y políticos debatieron formas de promocionar la riqueza, la paz y la estabilidad en Oriente Medio.
Si no hay progresos en el combate de problemas como la deficiencia de hierro - que el PMA estima que dificulta el desarrollo mental del 40 al 60 por ciento de los niños en los países en vías de desarrollo - hay riesgo de que los progresos se estanquen.
"Alimentar a los niños de cero a dos años es la inversión más importante que un país puede hacer para su bienestar económico futuro", explicó Morris.
lunes, mayo 22, 2006
¡AGUA O MUERTE!
Por IDANIA PUPO FREYRE
ES EL grito desesperado de una humanidad que ve cómo un recurso natural vital para la existencia, va agotándose en el planeta tierra.
¡Agua o muerte!, no hay otra opción.
Es, objetivamente, un bien natural común e insustituible, pero vivimos en una época histórica en la que el modo de producción dominante y la globalización, transforman en mercancía absolutamente todo.
Se encuentra como un componente de nuestra naturaleza que ha estado presente en la Tierra desde hace más de 3 000 millones de años, ocupando tres cuartas partes de la superficie del planeta, El 70 por ciento de nuestro cuerpo está compuesto de agua; es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros.
Con la declaración “El agua ya no es un derecho inalienable sino una simple necesidad humana”, se clausuró el Segundo Foro Mundial del Agua en el año 2000, de entonces ha acá la mayorías de las acciones al respecto han chocado con un panorama cada vez más negativo.
Hoy existe una carrera frenética entre grandes multinacionales para privatizar el agua, transformarla en recurso hídrico y en mercancía con la que se puede ganar mucho dinero.
El agua dulce, por ser un bien escaso —solamente el 0,7 por ciento es accesible al consumo humano—, cada vez se cotiza más y se transforma en objeto de la codicia mundial.
La humanidad ve con pavor el inicio de la era de las guerra encarnizadas por el control del acceso al agua potable. Quien lo controle tendrá poder de vida o muerte sobre millones y millones de personas.
Actualmente cerca de un millón 600 mil personas tienen grave insuficiencia de agua y en el año 2020 serán ya tres millones, que podrán ver negado el acceso al agua porque no tendrán cómo adquirirla y estarán en peligro de muerte.
Y como si fuera poco, el costo del agua potable se ha encarecido en el mundo y conlleva a que el vital recurso se convierta en patrimonio de quienes puedan pagarlo, mientras que miles y miles de personas en el orbe no tengan acceso al referido líquido.
La historia recoge las guerras del siglo XX provocadas por el domino del petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable. Actualmente existen unos 50 conflictos en el mundo por causa de la falta de agua, ya que el 40 por ciento de la población mundial vive junto a 250 cuencas fluviales.
Verdaderas hidromafias provocan estas guerras por el imprescindible líquido. La privatización la convierte en mercancía, con lo cual se destruye cualquier sentimiento ético, ecológico y espiritual ligado directamente al agua.
La conciencia planetaria no debe conceder ningún derecho a privatizarla y si excluirla de las negociaciones comerciales a nivel mundial.
Uno de los elementos que genera la crisis del Medio Oriente gira alrededor del agua, además del petróleo. A pesar de los acuerdos firmados entre varios países de la región, los recursos hídricos siguen disminuyendo, ya por el aumento sostenido de la población, por la creciente contaminación desde diversas fuentes, así como por las iniciativas e inversiones en la industria y en la agricultura.
Se hace evidente el hecho de que los recursos acuíferos en el Medio Oriente van en picada. Esa región representa el cinco por ciento de la población total del mundo, mientras sólo contiene menos del uno por ciento (0.9) del agua. La cantidad de países con escasez de agua va en aumento cada día.
En su libro El Nuevo Oriente Medio, el ex canciller israelí Shimon Peres, dijo que las próximas generaciones no lucharán por poseer más tierra sino principalmente por el control de los recursos hídricos de la región, zona del mundo fuertemente marcada por la aridez del desierto.
Según informes recientes, el 90 por ciento de las fuentes subterráneas no renovables se utilizan en la agricultura y fueron contaminadas y disminuidas como resultado de la primera Guerra del Golfo, lo cual agrava la situación.
Aquella llamada "guerra de los seis días" de Israel contra Siria tuvo entre sus motivaciones principales apoderarse de las fuentes acuíferas de los Altos de Golán y una parte del monte Hermón.
Otros muchos conflictos bélicos o situaciones que ponen en riesgo de guerra se suceden el Medio Oriente
La natural escasez del abastecimiento regional de agua se ha degradado hasta niveles de crisis por una variedad de factores.. Con tasas de crecimiento de la población entre las más grandes del mundo, los países del Medio Oriente están consumiendo agua a velocidad muchas veces mayor que lo que puede abastecerse por medios naturales. Con una población que se acerca rápidamente a los 500 millones de habitantes y sin una disciplina del consumo, los recursos hídricos nunca serán suficientes. Asimismo, los anticuados acueductos y los procedimientos primitivos de potabilización han llegado a convertir esa región en la peor del mundo en términos de disponibilidad de agua, muy por debajo de los niveles de Asia y de África, reza uno de los tantos informes de organizaciones internacionales que estudian la referida problemática.
El mundo asiste asombrado a la pérdida sistemática y depredada del líquido vital, también conocido como “oro azul”, sin que la conciencia de muchos gobernantes y mercaderes contribuya a su resguardo y equitativa repartición.
Para la humanidad es sólo una cuestión de agua o muerte.
Por IDANIA PUPO FREYRE
ES EL grito desesperado de una humanidad que ve cómo un recurso natural vital para la existencia, va agotándose en el planeta tierra.
¡Agua o muerte!, no hay otra opción.
Es, objetivamente, un bien natural común e insustituible, pero vivimos en una época histórica en la que el modo de producción dominante y la globalización, transforman en mercancía absolutamente todo.
Se encuentra como un componente de nuestra naturaleza que ha estado presente en la Tierra desde hace más de 3 000 millones de años, ocupando tres cuartas partes de la superficie del planeta, El 70 por ciento de nuestro cuerpo está compuesto de agua; es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros.
Con la declaración “El agua ya no es un derecho inalienable sino una simple necesidad humana”, se clausuró el Segundo Foro Mundial del Agua en el año 2000, de entonces ha acá la mayorías de las acciones al respecto han chocado con un panorama cada vez más negativo.
Hoy existe una carrera frenética entre grandes multinacionales para privatizar el agua, transformarla en recurso hídrico y en mercancía con la que se puede ganar mucho dinero.
El agua dulce, por ser un bien escaso —solamente el 0,7 por ciento es accesible al consumo humano—, cada vez se cotiza más y se transforma en objeto de la codicia mundial.
La humanidad ve con pavor el inicio de la era de las guerra encarnizadas por el control del acceso al agua potable. Quien lo controle tendrá poder de vida o muerte sobre millones y millones de personas.
Actualmente cerca de un millón 600 mil personas tienen grave insuficiencia de agua y en el año 2020 serán ya tres millones, que podrán ver negado el acceso al agua porque no tendrán cómo adquirirla y estarán en peligro de muerte.
Y como si fuera poco, el costo del agua potable se ha encarecido en el mundo y conlleva a que el vital recurso se convierta en patrimonio de quienes puedan pagarlo, mientras que miles y miles de personas en el orbe no tengan acceso al referido líquido.
La historia recoge las guerras del siglo XX provocadas por el domino del petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable. Actualmente existen unos 50 conflictos en el mundo por causa de la falta de agua, ya que el 40 por ciento de la población mundial vive junto a 250 cuencas fluviales.
Verdaderas hidromafias provocan estas guerras por el imprescindible líquido. La privatización la convierte en mercancía, con lo cual se destruye cualquier sentimiento ético, ecológico y espiritual ligado directamente al agua.
La conciencia planetaria no debe conceder ningún derecho a privatizarla y si excluirla de las negociaciones comerciales a nivel mundial.
Uno de los elementos que genera la crisis del Medio Oriente gira alrededor del agua, además del petróleo. A pesar de los acuerdos firmados entre varios países de la región, los recursos hídricos siguen disminuyendo, ya por el aumento sostenido de la población, por la creciente contaminación desde diversas fuentes, así como por las iniciativas e inversiones en la industria y en la agricultura.
Se hace evidente el hecho de que los recursos acuíferos en el Medio Oriente van en picada. Esa región representa el cinco por ciento de la población total del mundo, mientras sólo contiene menos del uno por ciento (0.9) del agua. La cantidad de países con escasez de agua va en aumento cada día.
En su libro El Nuevo Oriente Medio, el ex canciller israelí Shimon Peres, dijo que las próximas generaciones no lucharán por poseer más tierra sino principalmente por el control de los recursos hídricos de la región, zona del mundo fuertemente marcada por la aridez del desierto.
Según informes recientes, el 90 por ciento de las fuentes subterráneas no renovables se utilizan en la agricultura y fueron contaminadas y disminuidas como resultado de la primera Guerra del Golfo, lo cual agrava la situación.
Aquella llamada "guerra de los seis días" de Israel contra Siria tuvo entre sus motivaciones principales apoderarse de las fuentes acuíferas de los Altos de Golán y una parte del monte Hermón.
Otros muchos conflictos bélicos o situaciones que ponen en riesgo de guerra se suceden el Medio Oriente
La natural escasez del abastecimiento regional de agua se ha degradado hasta niveles de crisis por una variedad de factores.. Con tasas de crecimiento de la población entre las más grandes del mundo, los países del Medio Oriente están consumiendo agua a velocidad muchas veces mayor que lo que puede abastecerse por medios naturales. Con una población que se acerca rápidamente a los 500 millones de habitantes y sin una disciplina del consumo, los recursos hídricos nunca serán suficientes. Asimismo, los anticuados acueductos y los procedimientos primitivos de potabilización han llegado a convertir esa región en la peor del mundo en términos de disponibilidad de agua, muy por debajo de los niveles de Asia y de África, reza uno de los tantos informes de organizaciones internacionales que estudian la referida problemática.
El mundo asiste asombrado a la pérdida sistemática y depredada del líquido vital, también conocido como “oro azul”, sin que la conciencia de muchos gobernantes y mercaderes contribuya a su resguardo y equitativa repartición.
Para la humanidad es sólo una cuestión de agua o muerte.
ES EL grito desesperado de una humanidad que ve cómo un recurso natural vital para la existencia, va agotándose en el planeta tierra.
¡Agua o muerte!, no hay otra opción.
Es, objetivamente, un bien natural común e insustituible, pero vivimos en una época histórica en la que el modo de producción dominante y la globalización, transforman en mercancía absolutamente todo.
Se encuentra como un componente de nuestra naturaleza que ha estado presente en la Tierra desde hace más de 3 000 millones de años, ocupando tres cuartas partes de la superficie del planeta, El 70 por ciento de nuestro cuerpo está compuesto de agua; es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros.
Con la declaración “El agua ya no es un derecho inalienable sino una simple necesidad humana”, se clausuró el Segundo Foro Mundial del Agua en el año 2000, de entonces ha acá la mayorías de las acciones al respecto han chocado con un panorama cada vez más negativo.
Hoy existe una carrera frenética entre grandes multinacionales para privatizar el agua, transformarla en recurso hídrico y en mercancía con la que se puede ganar mucho dinero.
El agua dulce, por ser un bien escaso —solamente el 0,7 por ciento es accesible al consumo humano—, cada vez se cotiza más y se transforma en objeto de la codicia mundial.
La humanidad ve con pavor el inicio de la era de las guerra encarnizadas por el control del acceso al agua potable. Quien lo controle tendrá poder de vida o muerte sobre millones y millones de personas.
Actualmente cerca de un millón 600 mil personas tienen grave insuficiencia de agua y en el año 2020 serán ya tres millones, que podrán ver negado el acceso al agua porque no tendrán cómo adquirirla y estarán en peligro de muerte.
Y como si fuera poco, el costo del agua potable se ha encarecido en el mundo y conlleva a que el vital recurso se convierta en patrimonio de quienes puedan pagarlo, mientras que miles y miles de personas en el orbe no tengan acceso al referido líquido.
La historia recoge las guerras del siglo XX provocadas por el domino del petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable. Actualmente existen unos 50 conflictos en el mundo por causa de la falta de agua, ya que el 40 por ciento de la población mundial vive junto a 250 cuencas fluviales.
Verdaderas hidromafias provocan estas guerras por el imprescindible líquido. La privatización la convierte en mercancía, con lo cual se destruye cualquier sentimiento ético, ecológico y espiritual ligado directamente al agua.
La conciencia planetaria no debe conceder ningún derecho a privatizarla y si excluirla de las negociaciones comerciales a nivel mundial.
Uno de los elementos que genera la crisis del Medio Oriente gira alrededor del agua, además del petróleo. A pesar de los acuerdos firmados entre varios países de la región, los recursos hídricos siguen disminuyendo, ya por el aumento sostenido de la población, por la creciente contaminación desde diversas fuentes, así como por las iniciativas e inversiones en la industria y en la agricultura.
Se hace evidente el hecho de que los recursos acuíferos en el Medio Oriente van en picada. Esa región representa el cinco por ciento de la población total del mundo, mientras sólo contiene menos del uno por ciento (0.9) del agua. La cantidad de países con escasez de agua va en aumento cada día.
En su libro El Nuevo Oriente Medio, el ex canciller israelí Shimon Peres, dijo que las próximas generaciones no lucharán por poseer más tierra sino principalmente por el control de los recursos hídricos de la región, zona del mundo fuertemente marcada por la aridez del desierto.
Según informes recientes, el 90 por ciento de las fuentes subterráneas no renovables se utilizan en la agricultura y fueron contaminadas y disminuidas como resultado de la primera Guerra del Golfo, lo cual agrava la situación.
Aquella llamada "guerra de los seis días" de Israel contra Siria tuvo entre sus motivaciones principales apoderarse de las fuentes acuíferas de los Altos de Golán y una parte del monte Hermón.
Otros muchos conflictos bélicos o situaciones que ponen en riesgo de guerra se suceden el Medio Oriente
La natural escasez del abastecimiento regional de agua se ha degradado hasta niveles de crisis por una variedad de factores.. Con tasas de crecimiento de la población entre las más grandes del mundo, los países del Medio Oriente están consumiendo agua a velocidad muchas veces mayor que lo que puede abastecerse por medios naturales. Con una población que se acerca rápidamente a los 500 millones de habitantes y sin una disciplina del consumo, los recursos hídricos nunca serán suficientes. Asimismo, los anticuados acueductos y los procedimientos primitivos de potabilización han llegado a convertir esa región en la peor del mundo en términos de disponibilidad de agua, muy por debajo de los niveles de Asia y de África, reza uno de los tantos informes de organizaciones internacionales que estudian la referida problemática.
El mundo asiste asombrado a la pérdida sistemática y depredada del líquido vital, también conocido como “oro azul”, sin que la conciencia de muchos gobernantes y mercaderes contribuya a su resguardo y equitativa repartición.
Para la humanidad es sólo una cuestión de agua o muerte.
Por IDANIA PUPO FREYRE
ES EL grito desesperado de una humanidad que ve cómo un recurso natural vital para la existencia, va agotándose en el planeta tierra.
¡Agua o muerte!, no hay otra opción.
Es, objetivamente, un bien natural común e insustituible, pero vivimos en una época histórica en la que el modo de producción dominante y la globalización, transforman en mercancía absolutamente todo.
Se encuentra como un componente de nuestra naturaleza que ha estado presente en la Tierra desde hace más de 3 000 millones de años, ocupando tres cuartas partes de la superficie del planeta, El 70 por ciento de nuestro cuerpo está compuesto de agua; es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros.
Con la declaración “El agua ya no es un derecho inalienable sino una simple necesidad humana”, se clausuró el Segundo Foro Mundial del Agua en el año 2000, de entonces ha acá la mayorías de las acciones al respecto han chocado con un panorama cada vez más negativo.
Hoy existe una carrera frenética entre grandes multinacionales para privatizar el agua, transformarla en recurso hídrico y en mercancía con la que se puede ganar mucho dinero.
El agua dulce, por ser un bien escaso —solamente el 0,7 por ciento es accesible al consumo humano—, cada vez se cotiza más y se transforma en objeto de la codicia mundial.
La humanidad ve con pavor el inicio de la era de las guerra encarnizadas por el control del acceso al agua potable. Quien lo controle tendrá poder de vida o muerte sobre millones y millones de personas.
Actualmente cerca de un millón 600 mil personas tienen grave insuficiencia de agua y en el año 2020 serán ya tres millones, que podrán ver negado el acceso al agua porque no tendrán cómo adquirirla y estarán en peligro de muerte.
Y como si fuera poco, el costo del agua potable se ha encarecido en el mundo y conlleva a que el vital recurso se convierta en patrimonio de quienes puedan pagarlo, mientras que miles y miles de personas en el orbe no tengan acceso al referido líquido.
La historia recoge las guerras del siglo XX provocadas por el domino del petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable. Actualmente existen unos 50 conflictos en el mundo por causa de la falta de agua, ya que el 40 por ciento de la población mundial vive junto a 250 cuencas fluviales.
Verdaderas hidromafias provocan estas guerras por el imprescindible líquido. La privatización la convierte en mercancía, con lo cual se destruye cualquier sentimiento ético, ecológico y espiritual ligado directamente al agua.
La conciencia planetaria no debe conceder ningún derecho a privatizarla y si excluirla de las negociaciones comerciales a nivel mundial.
Uno de los elementos que genera la crisis del Medio Oriente gira alrededor del agua, además del petróleo. A pesar de los acuerdos firmados entre varios países de la región, los recursos hídricos siguen disminuyendo, ya por el aumento sostenido de la población, por la creciente contaminación desde diversas fuentes, así como por las iniciativas e inversiones en la industria y en la agricultura.
Se hace evidente el hecho de que los recursos acuíferos en el Medio Oriente van en picada. Esa región representa el cinco por ciento de la población total del mundo, mientras sólo contiene menos del uno por ciento (0.9) del agua. La cantidad de países con escasez de agua va en aumento cada día.
En su libro El Nuevo Oriente Medio, el ex canciller israelí Shimon Peres, dijo que las próximas generaciones no lucharán por poseer más tierra sino principalmente por el control de los recursos hídricos de la región, zona del mundo fuertemente marcada por la aridez del desierto.
Según informes recientes, el 90 por ciento de las fuentes subterráneas no renovables se utilizan en la agricultura y fueron contaminadas y disminuidas como resultado de la primera Guerra del Golfo, lo cual agrava la situación.
Aquella llamada "guerra de los seis días" de Israel contra Siria tuvo entre sus motivaciones principales apoderarse de las fuentes acuíferas de los Altos de Golán y una parte del monte Hermón.
Otros muchos conflictos bélicos o situaciones que ponen en riesgo de guerra se suceden el Medio Oriente
La natural escasez del abastecimiento regional de agua se ha degradado hasta niveles de crisis por una variedad de factores.. Con tasas de crecimiento de la población entre las más grandes del mundo, los países del Medio Oriente están consumiendo agua a velocidad muchas veces mayor que lo que puede abastecerse por medios naturales. Con una población que se acerca rápidamente a los 500 millones de habitantes y sin una disciplina del consumo, los recursos hídricos nunca serán suficientes. Asimismo, los anticuados acueductos y los procedimientos primitivos de potabilización han llegado a convertir esa región en la peor del mundo en términos de disponibilidad de agua, muy por debajo de los niveles de Asia y de África, reza uno de los tantos informes de organizaciones internacionales que estudian la referida problemática.
El mundo asiste asombrado a la pérdida sistemática y depredada del líquido vital, también conocido como “oro azul”, sin que la conciencia de muchos gobernantes y mercaderes contribuya a su resguardo y equitativa repartición.
Para la humanidad es sólo una cuestión de agua o muerte.
domingo, mayo 21, 2006
"¿Después de Fidel qué?"
Un excepcional acontecimiento editorial ha sido por estos días el lanzamiento de Cien horas con Fidel, la edición cubana de más de 700 páginas que recoge el contenido de las conversaciones sostenidas por el periodista y escritor Ignacio Ramonet con el Comandante en Jefe Fidel Castro entre 2003 y 2005. hoy tengo el placer de compartir con ustedes algunos fragmentos del capítulo 26 "¿Después de Fidel qué?", que fuera publcado hoy por el dominical de Juventud Rebelde.
Quisiera que hablásemos ahora de la situación interior en Cuba. En todos los países hay gente descontenta, y en Cuba también, y parece que usted tenía el hábito, regularmente, de sentir los problemas de la vida cotidiana de la gente y ser el primero que los expresaba en sus discursos, que tal cosa no funcionaba, tal otra cosa había que mejorarla, y la gente encontraba, precisamente, en sus discursos la expresión de lo que ellos sentían. Y parece que desde hace algún tiempo usted ya no expresa lo que no funciona en la sociedad cubana, en sus discursos, y mucha gente añora su papel de «opositor número uno» de este país.
Es verdad que he sido opositor número uno, no del país sino de los errores, de las cosas que están mal hechas. Pero nosotros tenemos ahora métodos que nos permiten conocer, así como con un microscopio, los estados de opinión. Hay que reconocer que en nuestro país la gente tiene hábito de expresarse con libertad, tiene en su tradición eso, expresa las críticas.
Nosotros llevamos varios años recogiendo las opiniones espontáneas después de cada acontecimiento, y hay opiniones adversas. Hay además la instrucción, como dije, de que cada una de las opiniones adversas debe aparecer. Nunca leo las opiniones que tienen una relación conmigo, porque pueden ser muy elogiosas, y sería pesado, desagradable, vanidoso, leerlas. Me preocupa, incluso, cuando son solo algunos miles los que no están conformes. Basta que, por ejemplo, 16 mil personas tengan una opinión adversa y usted debe preocuparse, no por el porcentaje, realmente, pero pueden ser opiniones críticas o puede tratarse de alguna opinión de gente francamente enemiga, que no piense, no simpatice con la Revolución.
Uno lo sabe porque cuando dicen: «Esto puede haber costado muy caro», o «Tal emisión de televisión debe hacerse así o asao», no son opiniones de enemigos; aunque también están las que son de los enemigos: «Se habla de esto y no se habla de la comida», «Se habla del problema tal y no de este». Es decir, la información sobre los estados de opinión es total, amplia, está guiada por la preocupación de reflejar las opiniones tal como son. Todo lo que sea negativo se pone. Hay que preocuparse, y muchas veces esas opiniones adversas ayudan; son muy espontáneas.
Ahora, realmente yo soy más crítico, más implacable. Hay que ver las cosas que digo. Y las he dicho públicamente.
Precisamente, en una intervención el 17 de noviembre de 2005, usted declaró una «guerra sin cuartel» a algunos males que corroen el país —la pequeña corrupción, el robo al Estado, el enriquecimiento ilícito—, que hasta ahora no se habían denunciado de modo tan severo públicamente.
Sí. Nosotros estamos invitando a todo el pueblo a que coopere con una gran batalla, la batalla contra todos los robos, de cualquier tipo, en cualquier lugar. En eso pensamos más que en ninguna otra cosa: en nuestros defectos, nuestros errores, nuestras desigualdades, nuestras injusticias. Estamos envueltos en una batalla contra vicios, contra desvíos de recursos, contra ciertos hábitos generalizados. Sí, estamos frente a una gran batalla que empezamos a librar, y que vamos a ganar.
Porque aquí hay, y debemos decirlo, unas cuantas decenas de miles de parásitos que no producen nada y sin embargo se enriquecen. Por ejemplo, comprando y robando combustible. Muchos andan con la manguerita echando gasolina en los «almendrones» (autos norteamericanos de las décadas de 1920 a 1950), y recibiendo un dinerito del nuevo rico que ni siquiera quiere pagar la gasolina que consume. Hay un desorden general en eso, entre otras cosas, con pérdida de decenas de millones de dólares...
¿Cómo se explica que haya tenido que intervenir usted personalmente? ¿Por qué el método habitual del recurso a la crítica colectiva y a la autocrítica no funcionó?
Nosotros confiábamos en la crítica y en la autocrítica, sí. Pero eso se ha casi fosilizado. Ese método, tal como se estaba utilizando, ya casi no servía. Porque las críticas suelen ser de un grupito; nunca se acude a la crítica más amplia, a la crítica en un teatro por ejemplo. Si un funcionario de salud pública, por citar un caso, falseó un dato acerca de la existencia del mosquito Aedes aegypti, se le llama, se le critica. Bien. Pero conozco a algunos que dicen: «Sí, me autocritico», y se quedan tan tranquilos, ¡muertos de risa! Son felices. ¿Y todo el daño que hiciste? ¿Y todos los millones que se perdieron como consecuencia de ese descuido o de esa forma de actuar?
Hay que ir a la crítica y a la autocrítica en el aula, en el núcleo y después fuera del núcleo, en el municipio, y en el país. Debemos utilizar esa vergüenza que sin duda tienen los hombres, porque conozco a muchos hombres justamente calificados de «sinvergüenza», que cuando en un periódico local aparece la noticia de lo que hicieron, se llenan de vergüenza. En esta batalla contra vicios no habrá tregua con nadie, cada cosa se llamará por su nombre, y apelaremos al honor de cada sector. Al final, los que no quieran entender se van a autocorregir, pero de otra forma; sí, se van a embarrar con su propia basura. De algo estamos seguros: en cada ser humano hay una alta dosis de vergüenza. Y el primer deber de un revolucionario es ser sumamente severo consigo mismo.
Vamos a dar la batalla, y a usar ahora proyectiles de más calibre. La Revolución tiene que usar esas armas, y las va a usar si fuera necesario. La Revolución va a establecer los controles que sean necesarios. No somos un país capitalista, en que todo se deja al azar.
¿Piensa usted que las dificultades y las carencias del «período especial» han favorecido los hábitos de corrupción y de robo?
Sí. Aunque el robo de materiales y de recursos no es de hoy, o del período especial. El período especial lo agudizó, claro, porque creó mucha desigualdad e hizo posible que determinada gente tuviera mucho dinero. Pero no es nuevo. Recuerdo que, hacia 1990, aún no se había autodestruido la Unión Soviética, estábamos construyendo en Bejucal (en las afueras de La Habana) un centro de biotecnología muy importante. Y cerca de allí había un pequeño cementerio. Yo daba vueltas, y un día fui por el cementerio, y me encontré con un colosal mercado clandestino donde aquella fuerza constructiva, sus jefes y un gran número de constructores, tenía un mercado de venta de productos: cemento, cabilla, madera, pintura, todo cuanto se usa para construir...
¿Cuánto se han robado aquí, hasta en fábricas? Fábricas que, por ejemplo, producen medicamentos. Conozco una por La Lisa (un barrio de La Habana) donde tuvieron que sacar al administrador y a mucha gente, casi cien personas en total... Estaba comprometida la propia administración de esa fábrica y un montón de gente en el robo de medicamentos. Cien tuvieron que sacar: busca a este y al otro para sustituirlos. No es suficiente el despido, ni será la única solución. Vea qué nivel de arraigo tienen determinados vicios. Cómo se despilfarraba, cómo se desviaban recursos, cómo se robaba.
¿Cómo se explica usted todo eso?
Aquí, con el período especial se originaron desigualdades profundas. Qué amargura el día en que se crearon las tiendas en divisas, para recoger un poquitico de aquel dinero que algunos recibían del exterior, y para que lo fueran a gastar en esas tiendas, que tenían un precio alto, para recoger parte de ese dinero y poder redistribuirlo a los demás que no recibían nada, cuando el país estaba en condiciones muy difíciles.
Además, algunos ganaban, en un mes, cuarenta o cincuenta veces lo que gana uno de nuestros médicos que está en las montañas de Guatemala o en otros lugares distantes de África, o en Cachemira, a miles de metros de altura, en las cordilleras del Himalaya, salvando vidas. Y estos médicos ganan el 5 por ciento, el 10 por ciento de lo que gana un ladronzuelo que vende gasolina a los nuevos ricos; que desvía recursos de los puertos en camiones y por toneladas; que roba en las tiendas en divisas; que roba en un hotel de cinco estrellas, a lo mejor cambiando la botellita de ron por una que se buscó, la pone en lugar de la otra y recauda todas las divisas por las que vendió los tragos que pueden salir de una botella de un ron más o menos bueno. ¿Cuántas formas de robo hay en este país?
Parece que donde más se robaba era en las gasolineras.
Mire, comenzamos por Pinar del Río para ver qué pasaba con los servicentros que venden combustible en divisas. Y pronto se descubrió que lo que se robaba era tanto como lo que se ingresaba. ¡Robaban casi la mitad! Y en algunos otros lugares, ¡más de la mitad!
En La Habana muchos aprendieron a robar como locos. Si le hago la historia de todos los servicentros de la capital, usted se asombra; hay más del doble de lo que debería haber, es un caos. A cada ministerio le dio la gana de poner el suyo, y reparte combustible por aquí y por allá. En los Poderes Populares el desastre es universal, el caos. Y, además, todos los camiones más viejos, los que más gasolina gastan, se los dieron al Poder Popular. Cuando parecía que el uso de los camiones se estaba racionalizando, en realidad se estaba hipotecando al país para todos los tiempos. Porque algo que se sabe es que muchos de los camiones del Estado van por un lado y por otro que no tienen nada que ver con su trabajo normal. Y el que más y el que menos se va con el camión a ver a un pariente, un amigo, una familia, o la novia.
Ya dentro de poco, con los instrumentos de la técnica (localizadores de Sistema de Posicionamiento Global, GPS), como se está haciendo en muchos países desarrollados, se podrá saber dónde se encuentra cada camión, en cualquier lugar, en cualquier calle. Nadie podrá escapar en el camión e ir a ver a la tía, al otro, a la novia. No es que sea malo ver al familiar, al amigo o a la novia, pero no en el camión destinado al trabajo.
Recuerdo una vez, varios años antes del período especial, que vi, rápido, por la Quinta Avenida de La Habana, un flamante cargador frontal Volvo, casi acabado de comprar, que en aquella época valía unos cincuenta o sesenta mil dólares. Sentí curiosidad de saber para dónde iba a aquella velocidad, y le pedí al escolta: «Aguanta, pregúntale a quién iba a ver, que te diga con franqueza». Y el conductor confesó que con aquel Volvo, que corría a toda velocidad por la Quinta Avenida, iba a visitar a la novia... Cosas veredes, Mío Cid.
Pues cosas como esas han estado ocurriendo. Y, en general, lo sabemos todo, y muchos pensaban: «La Revolución no puede arreglarlo; no, esto no hay quien lo arregle». Pues sí, esto lo va a arreglar el pueblo, esto lo va a arreglar la Revolución.
¿Cómo?
Primero que todo es una cuestión ética. Yo he pensado mucho en el papel de la ética. ¿Cuál es la ética de un revolucionario? Todo pensamiento revolucionario comienza por un poco de ética. Pero, además, es una cuestión económica vital. Este es uno de los pueblos más derrochadores de energía eléctrica y combustible del mundo. Aquí nadie sabe lo que cuesta la gasolina, nadie sabe lo que cuesta la electricidad, nadie sabe el valor que tienen en el mercado. Hasta las casas terminamos regalándolas. ¿Puede Cuba resolver su problema de vivienda regalando casas? Algunos las compraban, eran dueños, habían pagado 50 pesos mensuales, 80 pesos, bueno, al cambio, si se lo mandaban de Miami, ¡eran como tres dólares! Al final de los años la habían pagado con menos de 500 dólares, y algunos las vendían por 15 mil, 20 mil dólares... ¿Y quién las compraba? ¿El proletario? ¿El humilde? Había muchos humildes que recibieron la casa regalada y la vendieron después al nuevo rico. ¿Es eso socialismo?
Lo que es paradójico, aunque sea legal, es que los cubanos que reciben divisas del exterior tienen mayores ventajas que los ciudadanos que no tienen a nadie en el extranjero. Y eso ha creado descontento.
Sí, pero fíjese la incoherencia, esas ventajas las tienen sobre todo gracias a las subvenciones que da el Estado. Por ejemplo, ¿qué hacen los que están afuera hoy con un dólar? Lo envían para acá... Yo tengo familiares a los que les envían. No tengo nada que ver con eso. Un día preguntamos y hay provincias donde el 30 por ciento o el 40 por ciento de la gente recibe algo del exterior, aunque sea un poquitico. Pero es tan buen negocio enviar un dólar, ¡tan buen negocio!, que pudieran arruinarnos perfectamente enviando dólares. Por el enorme poder de compra que tienen esos dólares en un país bloqueado, con productos racionados sumamente subsidiados, y servicios gratuitos o extraordinariamente baratos.
¿Cuánto gasta el pueblo de Cuba, por culpa de ese dólar que enviaron de allá? Porque este no es un dólar que tú te ganaste trabajando aquí. Te lo envían de allá, alguien que se fue de aquí saludable, todo lo que estudió fue gratuito desde que nació, no está enfermo, son los ciudadanos más saludables que llegan a Estados Unidos. Bien, para subsidiar ese dólar que enviaron de Estados Unidos, Cuba se gasta, en cambio, en término medio, unos 44 dólares. Está estudiado.
Este es un noble país, subsidia los dólares de aquellos que están allá, que te van a decir: «Mira, te voy a enviar dos dólares para electricidad subsidiada. Mira, te voy a enviar además un refrigerador, o te voy a dar dinero para que lo compres en la shopping». Después prosigue el generoso remisor de dólares: «No te ocupes, que te voy a enviar lo que necesitas, yo te garantizo los 300 kilowatts de electricidad subsidiada que tú le estás gastando a ese idiota de Estado socialista». Nosotros somos buenos, pero puede haber algún ciudadano que pueda pensar, con toda razón, que somos bobos. Tendría una parte de la razón, ¡cuidado!
Recuerdo cuando, analizando el asunto del gasto eléctrico, descubrimos que un paladar consumía 11 mil kilowatts al mes, y este Estado idiota subsidiaba al dueño, al que tanto gustaba a los burgueses llevar visitantes para que vieran cómo sabían la langosta y el camarón, como milagro de la empresa privada. Todo eso robado por alguien que se lo llevó de Batabanó; y cuatro o cinco sillitas. ¡No!, desde luego, este «Estado totalitario, abusador», es «enemigo del progreso», porque es enemigo del saqueo.
Entonces, el Estado estaba subsidiando al paladar con más de mil dólares cada mes. Esto lo supe porque pregunté cuánto gastaba, cuánto valía, y él pagaba la electricidad a precio subsidiado. ¡11 mil kilowatts! Creo que después de rebasar la cifra de 300 kilowatts, pagaba 30 centavos de peso por kilowatt. Él pagaba 3 mil pesos cubanos, o sea unos 120 dólares. Pero al Estado le costaba —aquella vez hice el cálculo a 10 centavos de dólar el kilowatt—, cada mes 1.250 dólares. Eso es libertad de comercio, eso es progreso, eso es desarrollo, eso es avance...
¿Y qué van a hacer ustedes? ¿Van a suprimir las subvenciones?
No, pero ya hemos subido las tarifas eléctricas de los que más consumen. Para desalentar el exceso de consumo de los que despilfarran, sea cual sea su status económico actual. Por otra parte, hay que ir desprendiéndose poco a poco de las políticas de subsidios que hoy pueden actuar como lastre.
Por eso, desde ahora, subsidios o gratuidades, solo en cosas esenciales y vitales. No se cobrarán servicios médicos, ni educacionales, ni servicios similares. Pero habrá que cobrar la vivienda. Veremos cuánto. Puede haber algún subsidio, pero lo que se pague de alquiler en un número de años tiene que acercarse al costo de la vivienda. Todo está a nuestro alcance, todo pertenece al pueblo, lo único no permisible es despilfarrar riquezas egoísta e irresponsablemente. Cero derroche.
También vamos creando las condiciones para que la libreta desaparezca. Vamos creando las condiciones para que esa libreta que resultó indispensable en unas condiciones, y que ahora estorba, se cambie. Sin cometer un abuso, sin matar a nadie de hambre, solo con sencillísimos principios: la libreta tiene que desaparecer. Por otra parte, algunos salarios y pensiones, los más bajos, se han subido. Los que trabajan y producen recibirán más, comprarán más cosas; los que trabajaron durante décadas recibirán más y tendrán más cosas. Muchos abusos se acabarán. A muchas de las desigualdades se les irá quitando el caldo de cultivo, las condiciones que permiten eso. Cuando no haya nadie que tenga que ser subsidiado, habremos avanzado considerablemente en la marcha hacia una sociedad justa y decorosa.
Usted está reconociendo ciertos errores, en este aspecto, de la Revolución. Algunos, en el exterior, se van a alegrar, y puede que aquí otros consideren su crítica como demasiado dura.
Es duro, pero lo digo. Y lo diré las veces que tenga que decirlo. No tengo miedo de asumir las responsabilidades que haya que asumir. No podemos andar con blandenguerías. Que me ataquen, que me critiquen. Sí, muchos deben estar un poco doliditos... Debemos atrevernos, debemos tener el valor de decir las verdades. No importa lo que los bandidos de afuera digan y los cables que vengan mañana o pasado comentando con ironía... Los que ríen último, ríen mejor.
Y esto no es hablar mal de la Revolución. Esto es hablar muy bien de la Revolución, porque estamos hablando de una Revolución que puede abordar estos problemas y puede agarrar al torito por los cuernos, mejor que un torero de Madrid. Nosotros debemos tener el valor de reconocer nuestros propios errores precisamente por eso, porque únicamente así se alcanza el objetivo que se pretende alcanzar.
Para combatir los robos, en particular en las gasolineras, ustedes están recurriendo a los jóvenes trabajadores sociales, ¿no?
Sí. Esos problemas están siendo atendidos seriamente, no se imagina usted con cuánto entusiasmo, por los jóvenes trabajadores sociales. Ya están realizando numerosas tareas. Yo jamás en mi vida había visto tanto entusiasmo, tanta seriedad, tanta dignidad, tanto orgullo, tanta conciencia del bien que le van a hacer al país. Hoy los trabajadores sociales ya están en las refinerías, se montan en un carro pipa de 20 mil ó 30 mil litros, y van viendo, más o menos, por dónde va el carro-pipa, cuál se desvía... Por ahí se han ido descubriendo servicentros privados, ¡alimentados con el combustible de los piperos!
Se van a emplear, de ser necesario, los 28 mil trabajadores sociales que hay en el país. Parte de los cuales ya están trabajando en la creación de células contra la corrupción. Alrededor de cada punto a observar: una célula. Allí hay también miembros de la Juventud, de las organizaciones de masas, combatientes de la Revolución... Y más vale que los que andan desviando gasolina se aconsejen, y no tengamos que descubrir, punto por punto, cuánto combustible está robando cada cual.
A veces las brigadas de trabajadores sociales tuvieron que actuar por sorpresa, con rapidez, disciplina y eficiencia. Con impactante acción. En la ciudad de La Habana, por ejemplo, fueron miles y movilizamos otros miles como reserva. Llegaron, y de repente en La Habana los servicentros comienzan a recaudar el doble. ¿Por qué los empleados que estaban antes no recaudaban más? Tuvieron que llegar los trabajadores sociales allí. Dije: «¿Será posible que no escarmienten y no se autocorrijan?».
La Habana se ha convertido en una espectacular escuela donde se aprende lo que hay que hacer, y los trabajadores sociales cada vez saben más. Estamos dispuestos a emplear los 28 mil, y los 7 mil que están estudiando. Si no alcanzan, desde ahora le digo que nos reunimos con los estudiantes de la Federación Estudiantil Universitaria, y buscamos otros 28 mil estudiantes y, en pareja, con los trabajadores sociales que ya van adquiriendo experiencia, los movilizamos. Y si 56 mil no alcanzaran, buscamos otros 56 mil de refuerzo.
Nosotros les vamos a enseñar a los corruptos lo que es progreso, lo que es desarrollo, lo que es justicia, lo que es ponerle fin al robo. Con el apoyo más decidido del pueblo. Nuestra sociedad va a ser en realidad una sociedad enteramente nueva. Ya no habrá muchos que digan: «Esto no se puede arreglar», «esto no se acaba nunca». Junto con el pueblo, estaremos demostrando que sí se puede. Debemos estar decididos: o derrotamos todas esas desviaciones, o moriremos
Quisiera que hablásemos ahora de la situación interior en Cuba. En todos los países hay gente descontenta, y en Cuba también, y parece que usted tenía el hábito, regularmente, de sentir los problemas de la vida cotidiana de la gente y ser el primero que los expresaba en sus discursos, que tal cosa no funcionaba, tal otra cosa había que mejorarla, y la gente encontraba, precisamente, en sus discursos la expresión de lo que ellos sentían. Y parece que desde hace algún tiempo usted ya no expresa lo que no funciona en la sociedad cubana, en sus discursos, y mucha gente añora su papel de «opositor número uno» de este país.
Es verdad que he sido opositor número uno, no del país sino de los errores, de las cosas que están mal hechas. Pero nosotros tenemos ahora métodos que nos permiten conocer, así como con un microscopio, los estados de opinión. Hay que reconocer que en nuestro país la gente tiene hábito de expresarse con libertad, tiene en su tradición eso, expresa las críticas.
Nosotros llevamos varios años recogiendo las opiniones espontáneas después de cada acontecimiento, y hay opiniones adversas. Hay además la instrucción, como dije, de que cada una de las opiniones adversas debe aparecer. Nunca leo las opiniones que tienen una relación conmigo, porque pueden ser muy elogiosas, y sería pesado, desagradable, vanidoso, leerlas. Me preocupa, incluso, cuando son solo algunos miles los que no están conformes. Basta que, por ejemplo, 16 mil personas tengan una opinión adversa y usted debe preocuparse, no por el porcentaje, realmente, pero pueden ser opiniones críticas o puede tratarse de alguna opinión de gente francamente enemiga, que no piense, no simpatice con la Revolución.
Uno lo sabe porque cuando dicen: «Esto puede haber costado muy caro», o «Tal emisión de televisión debe hacerse así o asao», no son opiniones de enemigos; aunque también están las que son de los enemigos: «Se habla de esto y no se habla de la comida», «Se habla del problema tal y no de este». Es decir, la información sobre los estados de opinión es total, amplia, está guiada por la preocupación de reflejar las opiniones tal como son. Todo lo que sea negativo se pone. Hay que preocuparse, y muchas veces esas opiniones adversas ayudan; son muy espontáneas.
Ahora, realmente yo soy más crítico, más implacable. Hay que ver las cosas que digo. Y las he dicho públicamente.
Precisamente, en una intervención el 17 de noviembre de 2005, usted declaró una «guerra sin cuartel» a algunos males que corroen el país —la pequeña corrupción, el robo al Estado, el enriquecimiento ilícito—, que hasta ahora no se habían denunciado de modo tan severo públicamente.
Sí. Nosotros estamos invitando a todo el pueblo a que coopere con una gran batalla, la batalla contra todos los robos, de cualquier tipo, en cualquier lugar. En eso pensamos más que en ninguna otra cosa: en nuestros defectos, nuestros errores, nuestras desigualdades, nuestras injusticias. Estamos envueltos en una batalla contra vicios, contra desvíos de recursos, contra ciertos hábitos generalizados. Sí, estamos frente a una gran batalla que empezamos a librar, y que vamos a ganar.
Porque aquí hay, y debemos decirlo, unas cuantas decenas de miles de parásitos que no producen nada y sin embargo se enriquecen. Por ejemplo, comprando y robando combustible. Muchos andan con la manguerita echando gasolina en los «almendrones» (autos norteamericanos de las décadas de 1920 a 1950), y recibiendo un dinerito del nuevo rico que ni siquiera quiere pagar la gasolina que consume. Hay un desorden general en eso, entre otras cosas, con pérdida de decenas de millones de dólares...
¿Cómo se explica que haya tenido que intervenir usted personalmente? ¿Por qué el método habitual del recurso a la crítica colectiva y a la autocrítica no funcionó?
Nosotros confiábamos en la crítica y en la autocrítica, sí. Pero eso se ha casi fosilizado. Ese método, tal como se estaba utilizando, ya casi no servía. Porque las críticas suelen ser de un grupito; nunca se acude a la crítica más amplia, a la crítica en un teatro por ejemplo. Si un funcionario de salud pública, por citar un caso, falseó un dato acerca de la existencia del mosquito Aedes aegypti, se le llama, se le critica. Bien. Pero conozco a algunos que dicen: «Sí, me autocritico», y se quedan tan tranquilos, ¡muertos de risa! Son felices. ¿Y todo el daño que hiciste? ¿Y todos los millones que se perdieron como consecuencia de ese descuido o de esa forma de actuar?
Hay que ir a la crítica y a la autocrítica en el aula, en el núcleo y después fuera del núcleo, en el municipio, y en el país. Debemos utilizar esa vergüenza que sin duda tienen los hombres, porque conozco a muchos hombres justamente calificados de «sinvergüenza», que cuando en un periódico local aparece la noticia de lo que hicieron, se llenan de vergüenza. En esta batalla contra vicios no habrá tregua con nadie, cada cosa se llamará por su nombre, y apelaremos al honor de cada sector. Al final, los que no quieran entender se van a autocorregir, pero de otra forma; sí, se van a embarrar con su propia basura. De algo estamos seguros: en cada ser humano hay una alta dosis de vergüenza. Y el primer deber de un revolucionario es ser sumamente severo consigo mismo.
Vamos a dar la batalla, y a usar ahora proyectiles de más calibre. La Revolución tiene que usar esas armas, y las va a usar si fuera necesario. La Revolución va a establecer los controles que sean necesarios. No somos un país capitalista, en que todo se deja al azar.
¿Piensa usted que las dificultades y las carencias del «período especial» han favorecido los hábitos de corrupción y de robo?
Sí. Aunque el robo de materiales y de recursos no es de hoy, o del período especial. El período especial lo agudizó, claro, porque creó mucha desigualdad e hizo posible que determinada gente tuviera mucho dinero. Pero no es nuevo. Recuerdo que, hacia 1990, aún no se había autodestruido la Unión Soviética, estábamos construyendo en Bejucal (en las afueras de La Habana) un centro de biotecnología muy importante. Y cerca de allí había un pequeño cementerio. Yo daba vueltas, y un día fui por el cementerio, y me encontré con un colosal mercado clandestino donde aquella fuerza constructiva, sus jefes y un gran número de constructores, tenía un mercado de venta de productos: cemento, cabilla, madera, pintura, todo cuanto se usa para construir...
¿Cuánto se han robado aquí, hasta en fábricas? Fábricas que, por ejemplo, producen medicamentos. Conozco una por La Lisa (un barrio de La Habana) donde tuvieron que sacar al administrador y a mucha gente, casi cien personas en total... Estaba comprometida la propia administración de esa fábrica y un montón de gente en el robo de medicamentos. Cien tuvieron que sacar: busca a este y al otro para sustituirlos. No es suficiente el despido, ni será la única solución. Vea qué nivel de arraigo tienen determinados vicios. Cómo se despilfarraba, cómo se desviaban recursos, cómo se robaba.
¿Cómo se explica usted todo eso?
Aquí, con el período especial se originaron desigualdades profundas. Qué amargura el día en que se crearon las tiendas en divisas, para recoger un poquitico de aquel dinero que algunos recibían del exterior, y para que lo fueran a gastar en esas tiendas, que tenían un precio alto, para recoger parte de ese dinero y poder redistribuirlo a los demás que no recibían nada, cuando el país estaba en condiciones muy difíciles.
Además, algunos ganaban, en un mes, cuarenta o cincuenta veces lo que gana uno de nuestros médicos que está en las montañas de Guatemala o en otros lugares distantes de África, o en Cachemira, a miles de metros de altura, en las cordilleras del Himalaya, salvando vidas. Y estos médicos ganan el 5 por ciento, el 10 por ciento de lo que gana un ladronzuelo que vende gasolina a los nuevos ricos; que desvía recursos de los puertos en camiones y por toneladas; que roba en las tiendas en divisas; que roba en un hotel de cinco estrellas, a lo mejor cambiando la botellita de ron por una que se buscó, la pone en lugar de la otra y recauda todas las divisas por las que vendió los tragos que pueden salir de una botella de un ron más o menos bueno. ¿Cuántas formas de robo hay en este país?
Parece que donde más se robaba era en las gasolineras.
Mire, comenzamos por Pinar del Río para ver qué pasaba con los servicentros que venden combustible en divisas. Y pronto se descubrió que lo que se robaba era tanto como lo que se ingresaba. ¡Robaban casi la mitad! Y en algunos otros lugares, ¡más de la mitad!
En La Habana muchos aprendieron a robar como locos. Si le hago la historia de todos los servicentros de la capital, usted se asombra; hay más del doble de lo que debería haber, es un caos. A cada ministerio le dio la gana de poner el suyo, y reparte combustible por aquí y por allá. En los Poderes Populares el desastre es universal, el caos. Y, además, todos los camiones más viejos, los que más gasolina gastan, se los dieron al Poder Popular. Cuando parecía que el uso de los camiones se estaba racionalizando, en realidad se estaba hipotecando al país para todos los tiempos. Porque algo que se sabe es que muchos de los camiones del Estado van por un lado y por otro que no tienen nada que ver con su trabajo normal. Y el que más y el que menos se va con el camión a ver a un pariente, un amigo, una familia, o la novia.
Ya dentro de poco, con los instrumentos de la técnica (localizadores de Sistema de Posicionamiento Global, GPS), como se está haciendo en muchos países desarrollados, se podrá saber dónde se encuentra cada camión, en cualquier lugar, en cualquier calle. Nadie podrá escapar en el camión e ir a ver a la tía, al otro, a la novia. No es que sea malo ver al familiar, al amigo o a la novia, pero no en el camión destinado al trabajo.
Recuerdo una vez, varios años antes del período especial, que vi, rápido, por la Quinta Avenida de La Habana, un flamante cargador frontal Volvo, casi acabado de comprar, que en aquella época valía unos cincuenta o sesenta mil dólares. Sentí curiosidad de saber para dónde iba a aquella velocidad, y le pedí al escolta: «Aguanta, pregúntale a quién iba a ver, que te diga con franqueza». Y el conductor confesó que con aquel Volvo, que corría a toda velocidad por la Quinta Avenida, iba a visitar a la novia... Cosas veredes, Mío Cid.
Pues cosas como esas han estado ocurriendo. Y, en general, lo sabemos todo, y muchos pensaban: «La Revolución no puede arreglarlo; no, esto no hay quien lo arregle». Pues sí, esto lo va a arreglar el pueblo, esto lo va a arreglar la Revolución.
¿Cómo?
Primero que todo es una cuestión ética. Yo he pensado mucho en el papel de la ética. ¿Cuál es la ética de un revolucionario? Todo pensamiento revolucionario comienza por un poco de ética. Pero, además, es una cuestión económica vital. Este es uno de los pueblos más derrochadores de energía eléctrica y combustible del mundo. Aquí nadie sabe lo que cuesta la gasolina, nadie sabe lo que cuesta la electricidad, nadie sabe el valor que tienen en el mercado. Hasta las casas terminamos regalándolas. ¿Puede Cuba resolver su problema de vivienda regalando casas? Algunos las compraban, eran dueños, habían pagado 50 pesos mensuales, 80 pesos, bueno, al cambio, si se lo mandaban de Miami, ¡eran como tres dólares! Al final de los años la habían pagado con menos de 500 dólares, y algunos las vendían por 15 mil, 20 mil dólares... ¿Y quién las compraba? ¿El proletario? ¿El humilde? Había muchos humildes que recibieron la casa regalada y la vendieron después al nuevo rico. ¿Es eso socialismo?
Lo que es paradójico, aunque sea legal, es que los cubanos que reciben divisas del exterior tienen mayores ventajas que los ciudadanos que no tienen a nadie en el extranjero. Y eso ha creado descontento.
Sí, pero fíjese la incoherencia, esas ventajas las tienen sobre todo gracias a las subvenciones que da el Estado. Por ejemplo, ¿qué hacen los que están afuera hoy con un dólar? Lo envían para acá... Yo tengo familiares a los que les envían. No tengo nada que ver con eso. Un día preguntamos y hay provincias donde el 30 por ciento o el 40 por ciento de la gente recibe algo del exterior, aunque sea un poquitico. Pero es tan buen negocio enviar un dólar, ¡tan buen negocio!, que pudieran arruinarnos perfectamente enviando dólares. Por el enorme poder de compra que tienen esos dólares en un país bloqueado, con productos racionados sumamente subsidiados, y servicios gratuitos o extraordinariamente baratos.
¿Cuánto gasta el pueblo de Cuba, por culpa de ese dólar que enviaron de allá? Porque este no es un dólar que tú te ganaste trabajando aquí. Te lo envían de allá, alguien que se fue de aquí saludable, todo lo que estudió fue gratuito desde que nació, no está enfermo, son los ciudadanos más saludables que llegan a Estados Unidos. Bien, para subsidiar ese dólar que enviaron de Estados Unidos, Cuba se gasta, en cambio, en término medio, unos 44 dólares. Está estudiado.
Este es un noble país, subsidia los dólares de aquellos que están allá, que te van a decir: «Mira, te voy a enviar dos dólares para electricidad subsidiada. Mira, te voy a enviar además un refrigerador, o te voy a dar dinero para que lo compres en la shopping». Después prosigue el generoso remisor de dólares: «No te ocupes, que te voy a enviar lo que necesitas, yo te garantizo los 300 kilowatts de electricidad subsidiada que tú le estás gastando a ese idiota de Estado socialista». Nosotros somos buenos, pero puede haber algún ciudadano que pueda pensar, con toda razón, que somos bobos. Tendría una parte de la razón, ¡cuidado!
Recuerdo cuando, analizando el asunto del gasto eléctrico, descubrimos que un paladar consumía 11 mil kilowatts al mes, y este Estado idiota subsidiaba al dueño, al que tanto gustaba a los burgueses llevar visitantes para que vieran cómo sabían la langosta y el camarón, como milagro de la empresa privada. Todo eso robado por alguien que se lo llevó de Batabanó; y cuatro o cinco sillitas. ¡No!, desde luego, este «Estado totalitario, abusador», es «enemigo del progreso», porque es enemigo del saqueo.
Entonces, el Estado estaba subsidiando al paladar con más de mil dólares cada mes. Esto lo supe porque pregunté cuánto gastaba, cuánto valía, y él pagaba la electricidad a precio subsidiado. ¡11 mil kilowatts! Creo que después de rebasar la cifra de 300 kilowatts, pagaba 30 centavos de peso por kilowatt. Él pagaba 3 mil pesos cubanos, o sea unos 120 dólares. Pero al Estado le costaba —aquella vez hice el cálculo a 10 centavos de dólar el kilowatt—, cada mes 1.250 dólares. Eso es libertad de comercio, eso es progreso, eso es desarrollo, eso es avance...
¿Y qué van a hacer ustedes? ¿Van a suprimir las subvenciones?
No, pero ya hemos subido las tarifas eléctricas de los que más consumen. Para desalentar el exceso de consumo de los que despilfarran, sea cual sea su status económico actual. Por otra parte, hay que ir desprendiéndose poco a poco de las políticas de subsidios que hoy pueden actuar como lastre.
Por eso, desde ahora, subsidios o gratuidades, solo en cosas esenciales y vitales. No se cobrarán servicios médicos, ni educacionales, ni servicios similares. Pero habrá que cobrar la vivienda. Veremos cuánto. Puede haber algún subsidio, pero lo que se pague de alquiler en un número de años tiene que acercarse al costo de la vivienda. Todo está a nuestro alcance, todo pertenece al pueblo, lo único no permisible es despilfarrar riquezas egoísta e irresponsablemente. Cero derroche.
También vamos creando las condiciones para que la libreta desaparezca. Vamos creando las condiciones para que esa libreta que resultó indispensable en unas condiciones, y que ahora estorba, se cambie. Sin cometer un abuso, sin matar a nadie de hambre, solo con sencillísimos principios: la libreta tiene que desaparecer. Por otra parte, algunos salarios y pensiones, los más bajos, se han subido. Los que trabajan y producen recibirán más, comprarán más cosas; los que trabajaron durante décadas recibirán más y tendrán más cosas. Muchos abusos se acabarán. A muchas de las desigualdades se les irá quitando el caldo de cultivo, las condiciones que permiten eso. Cuando no haya nadie que tenga que ser subsidiado, habremos avanzado considerablemente en la marcha hacia una sociedad justa y decorosa.
Usted está reconociendo ciertos errores, en este aspecto, de la Revolución. Algunos, en el exterior, se van a alegrar, y puede que aquí otros consideren su crítica como demasiado dura.
Es duro, pero lo digo. Y lo diré las veces que tenga que decirlo. No tengo miedo de asumir las responsabilidades que haya que asumir. No podemos andar con blandenguerías. Que me ataquen, que me critiquen. Sí, muchos deben estar un poco doliditos... Debemos atrevernos, debemos tener el valor de decir las verdades. No importa lo que los bandidos de afuera digan y los cables que vengan mañana o pasado comentando con ironía... Los que ríen último, ríen mejor.
Y esto no es hablar mal de la Revolución. Esto es hablar muy bien de la Revolución, porque estamos hablando de una Revolución que puede abordar estos problemas y puede agarrar al torito por los cuernos, mejor que un torero de Madrid. Nosotros debemos tener el valor de reconocer nuestros propios errores precisamente por eso, porque únicamente así se alcanza el objetivo que se pretende alcanzar.
Para combatir los robos, en particular en las gasolineras, ustedes están recurriendo a los jóvenes trabajadores sociales, ¿no?
Sí. Esos problemas están siendo atendidos seriamente, no se imagina usted con cuánto entusiasmo, por los jóvenes trabajadores sociales. Ya están realizando numerosas tareas. Yo jamás en mi vida había visto tanto entusiasmo, tanta seriedad, tanta dignidad, tanto orgullo, tanta conciencia del bien que le van a hacer al país. Hoy los trabajadores sociales ya están en las refinerías, se montan en un carro pipa de 20 mil ó 30 mil litros, y van viendo, más o menos, por dónde va el carro-pipa, cuál se desvía... Por ahí se han ido descubriendo servicentros privados, ¡alimentados con el combustible de los piperos!
Se van a emplear, de ser necesario, los 28 mil trabajadores sociales que hay en el país. Parte de los cuales ya están trabajando en la creación de células contra la corrupción. Alrededor de cada punto a observar: una célula. Allí hay también miembros de la Juventud, de las organizaciones de masas, combatientes de la Revolución... Y más vale que los que andan desviando gasolina se aconsejen, y no tengamos que descubrir, punto por punto, cuánto combustible está robando cada cual.
A veces las brigadas de trabajadores sociales tuvieron que actuar por sorpresa, con rapidez, disciplina y eficiencia. Con impactante acción. En la ciudad de La Habana, por ejemplo, fueron miles y movilizamos otros miles como reserva. Llegaron, y de repente en La Habana los servicentros comienzan a recaudar el doble. ¿Por qué los empleados que estaban antes no recaudaban más? Tuvieron que llegar los trabajadores sociales allí. Dije: «¿Será posible que no escarmienten y no se autocorrijan?».
La Habana se ha convertido en una espectacular escuela donde se aprende lo que hay que hacer, y los trabajadores sociales cada vez saben más. Estamos dispuestos a emplear los 28 mil, y los 7 mil que están estudiando. Si no alcanzan, desde ahora le digo que nos reunimos con los estudiantes de la Federación Estudiantil Universitaria, y buscamos otros 28 mil estudiantes y, en pareja, con los trabajadores sociales que ya van adquiriendo experiencia, los movilizamos. Y si 56 mil no alcanzaran, buscamos otros 56 mil de refuerzo.
Nosotros les vamos a enseñar a los corruptos lo que es progreso, lo que es desarrollo, lo que es justicia, lo que es ponerle fin al robo. Con el apoyo más decidido del pueblo. Nuestra sociedad va a ser en realidad una sociedad enteramente nueva. Ya no habrá muchos que digan: «Esto no se puede arreglar», «esto no se acaba nunca». Junto con el pueblo, estaremos demostrando que sí se puede. Debemos estar decididos: o derrotamos todas esas desviaciones, o moriremos
lunes, mayo 15, 2006
LAS MENTIRAS DE FORBES
Por Sergio Rvero Carrasco
Forbes, el dueño de la revista que ha calumniado a Fidel Castro, es un magnate de los medios, vinculado orgánicamente al grupo fascista que está en el poder en Estados Unidos y a la Agencia Central de Inteligencia, afirmó hoy el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto.
Prieto es uno de los invitados a la comparecencia especial radiotelevisada de Fidel que tiene lugar hoy para desenmascarar las mentiras de la señalada revista que ha afirmado que el líder de la Revolución es uno de los gobernantes más ricos del mundo.Aseguró Prieto que es un ejemplo de manipulación de la opinión pública y de desinformación, "Forbes es uno de esos que manejan influencia en la opinión pública, no solo tiene dinero, sino ideas derechistas y seguidor de la tradición fascistoide y neoconservadora que tiene su máxima expresión en Bush y su camarilla", aseguró.Explicó el ministro que realizó una búsqueda de información y encontró "cientos de ejemplos de mentiras que han sido utilizadas con propósitos políticos para satanizar al adversario o lavar la imagen de las barbaridades que hace el imperio".
A instancias de Fidel, anteriormente había intervenido en el programa radiotelevisado Francisco Soberón, presidente del Banco Central de Cuba, quien afirmó que es turbia y ridícula la difamación de la revista Forbes contra Fidel.
AGUSTÍN LAGE DIRECTOR DEL CENTRO DE INGENIERÍA MOLECULAR
La infamia de la revista Forbes es un insulto al pueblo cubano.Las infamias de la revista norteamericana Forbes sobre el Presidente Fidel Castro son un insulto al pueblo cubano, expresó hoy Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular.Lage indicó que los habitantes de la Isla tienen muy buena memoria histórica y saben quiénes fueron los que verdaderamente se enriquecieron a su costa durante el capitalismo.A petición de Fidel, el prominente científico intervino en una comparecencia radiotelevisada para desenmascarar la calumnia propalada por esa publicación, que incorporó al líder revolucionario en una lista entre los mandatarios más ricos del mundo.Nosotros no venimos a defendernos, sino a acusar a los que roban y a los que mienten -puntualizó-; nosotros no venimos a defender a Fidel, porque a él lo defienden su ética, su dedicación al trabajo, su vida.
Añadió que esa revista tampoco sabe de lo que está escribiendo, y expuso que los recursos que adquiere el país mediante la venta de medicamentos y vacunas se destinan a la expansión del sector, a financiar la distribución y cobertura de esos productos para el pueblo cubano y para financiar las investigaciones científicas.Consideró Lage que este fenómeno del uso de la mentira es un síntoma de debilidad de los adversarios ideológicos de la Revolución Cubana.
Esta campaña contra Fidel tiene una intencionalidad política y refleja que el enemigo está perdiendo la batalla de ideas, sustentó.
EUSEBIO LEAL SPLENGUER, HISTORIADOR DE LA CIUDAD DE LA HABANA
A Fidel Castro siempre lo han caracterizado la austeridad y el desinterés.La austeridad y el desinterés siempre han caracterizado a Fidel Castro cuya ejecutoria revolucionaria ejemplar ha sido inspiradora para los cubanos, afirmó hoy el historiador Eusebio Leal, en la comparecencia especial radiotelevisada en la que toma parte el líder de la Revolución.
En el programa se acusa a la revista Forbes por las difamaciones contra Fidel, al que sitúa entre los gobernantes más ricos del mundo, mentira calificada de ridícula por los invitados al espacio.
Leal en su intervención evocó los testimonios que ha obtenido en todos estos años de asaltantes del Moncada y otros luchadores, quienes subrayaron que el noble desinterés de Fidel fue permanente inspirador.Una de las cosas que más inspiraron siempre fue "la noble hidalguía con que usted llevó a cabo su proyecto", expresó dirigiéndose a Fidel, y recordó Leal que el líder revolucionario llegó a empeñar pertenencias personales para obtener fondos para la lucha, "nunca le pidió nada a nadie y todo lo hizo con su sacrificio’’.
El ejemplo de austeridad, desinterés, desprendimiento personal, generosidad y de ética, "nos alentó a todos nosotros, a los más jóvenes y mayores, a acompañarle antes, durante y mañana", remarcó.
Dijo Leal que ha sido testigo durante años del desprendimiento y la voluntad de Fidel de preservar el patrimonio nacional, "tengo clara su idea de salvar el patrimonio y la cultura sin venderla".Recordó los 11 867 regalos de incalculable valor recibidos por Fidel de 133 países, obsequios que el mandatario cubano donó a los museos del país.
CONCEPCIÓN CAMPA, DIRECTORA DEL INSTITUTO FINLAY
Insta a decir la verdad sobre humanismo de Fidel La científica cubana Concepción Campa instó a la prensa internacional a contar al mundo cosas que sí son verdades sobre lo hecho por el presidente Fidel Castro en beneficio de la humanidad.
Campa fue una de las participantes en la comparecencia especial realizada por Fidel para responder a las mentiras de la revista estadounidense Forbes, que lo incluyó entre los 10 mandatarios más ricos del planeta.
Esta calumnia sobre Fidel entristece porque no son capaces de entender que las lágrimas, el sudor y la sangre de los cubanos han sido acumular la mayor riqueza: el servicio a la humanidad, señaló la Directora General del Instituto Finlay (Centro de Investigación y Producción de Vacunas y Sueros).
Dirigiéndose al líder revolucionario, expresó: Todos los cubanos somos multimillonarios porque usted nos ha enseñado que las personas no valen por lo que tienen, sino por lo que son y por lo que hacen.La también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) mencionó su experiencia personal de haber compartido sueños e ilusiones con el estadista cubano, por lo cual rechaza de manera rotunda las falsedades de la publicación norteamericana.
Relató cuando en el año 2002 Fidel indicó donar a Uruguay más de un millón de vacunas contra la meningitis B -creada por investigadores de la Isla- para frenar una epidemia, pese a que el gobierno de ese país patrocinaba entonces una propuesta contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos.
Añadió esta prominente científica que cuando el embajador cubano debió abandonar Montevideo, lo acompañó hasta el aeropuerto una multitud portando carteles que decían Gracias Fidel.
Forbes, el dueño de la revista que ha calumniado a Fidel Castro, es un magnate de los medios, vinculado orgánicamente al grupo fascista que está en el poder en Estados Unidos y a la Agencia Central de Inteligencia, afirmó hoy el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto.
Prieto es uno de los invitados a la comparecencia especial radiotelevisada de Fidel que tiene lugar hoy para desenmascarar las mentiras de la señalada revista que ha afirmado que el líder de la Revolución es uno de los gobernantes más ricos del mundo.Aseguró Prieto que es un ejemplo de manipulación de la opinión pública y de desinformación, "Forbes es uno de esos que manejan influencia en la opinión pública, no solo tiene dinero, sino ideas derechistas y seguidor de la tradición fascistoide y neoconservadora que tiene su máxima expresión en Bush y su camarilla", aseguró.Explicó el ministro que realizó una búsqueda de información y encontró "cientos de ejemplos de mentiras que han sido utilizadas con propósitos políticos para satanizar al adversario o lavar la imagen de las barbaridades que hace el imperio".
A instancias de Fidel, anteriormente había intervenido en el programa radiotelevisado Francisco Soberón, presidente del Banco Central de Cuba, quien afirmó que es turbia y ridícula la difamación de la revista Forbes contra Fidel.
AGUSTÍN LAGE DIRECTOR DEL CENTRO DE INGENIERÍA MOLECULAR
La infamia de la revista Forbes es un insulto al pueblo cubano.Las infamias de la revista norteamericana Forbes sobre el Presidente Fidel Castro son un insulto al pueblo cubano, expresó hoy Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular.Lage indicó que los habitantes de la Isla tienen muy buena memoria histórica y saben quiénes fueron los que verdaderamente se enriquecieron a su costa durante el capitalismo.A petición de Fidel, el prominente científico intervino en una comparecencia radiotelevisada para desenmascarar la calumnia propalada por esa publicación, que incorporó al líder revolucionario en una lista entre los mandatarios más ricos del mundo.Nosotros no venimos a defendernos, sino a acusar a los que roban y a los que mienten -puntualizó-; nosotros no venimos a defender a Fidel, porque a él lo defienden su ética, su dedicación al trabajo, su vida.
Añadió que esa revista tampoco sabe de lo que está escribiendo, y expuso que los recursos que adquiere el país mediante la venta de medicamentos y vacunas se destinan a la expansión del sector, a financiar la distribución y cobertura de esos productos para el pueblo cubano y para financiar las investigaciones científicas.Consideró Lage que este fenómeno del uso de la mentira es un síntoma de debilidad de los adversarios ideológicos de la Revolución Cubana.
Esta campaña contra Fidel tiene una intencionalidad política y refleja que el enemigo está perdiendo la batalla de ideas, sustentó.
EUSEBIO LEAL SPLENGUER, HISTORIADOR DE LA CIUDAD DE LA HABANA
A Fidel Castro siempre lo han caracterizado la austeridad y el desinterés.La austeridad y el desinterés siempre han caracterizado a Fidel Castro cuya ejecutoria revolucionaria ejemplar ha sido inspiradora para los cubanos, afirmó hoy el historiador Eusebio Leal, en la comparecencia especial radiotelevisada en la que toma parte el líder de la Revolución.
En el programa se acusa a la revista Forbes por las difamaciones contra Fidel, al que sitúa entre los gobernantes más ricos del mundo, mentira calificada de ridícula por los invitados al espacio.
Leal en su intervención evocó los testimonios que ha obtenido en todos estos años de asaltantes del Moncada y otros luchadores, quienes subrayaron que el noble desinterés de Fidel fue permanente inspirador.Una de las cosas que más inspiraron siempre fue "la noble hidalguía con que usted llevó a cabo su proyecto", expresó dirigiéndose a Fidel, y recordó Leal que el líder revolucionario llegó a empeñar pertenencias personales para obtener fondos para la lucha, "nunca le pidió nada a nadie y todo lo hizo con su sacrificio’’.
El ejemplo de austeridad, desinterés, desprendimiento personal, generosidad y de ética, "nos alentó a todos nosotros, a los más jóvenes y mayores, a acompañarle antes, durante y mañana", remarcó.
Dijo Leal que ha sido testigo durante años del desprendimiento y la voluntad de Fidel de preservar el patrimonio nacional, "tengo clara su idea de salvar el patrimonio y la cultura sin venderla".Recordó los 11 867 regalos de incalculable valor recibidos por Fidel de 133 países, obsequios que el mandatario cubano donó a los museos del país.
CONCEPCIÓN CAMPA, DIRECTORA DEL INSTITUTO FINLAY
Insta a decir la verdad sobre humanismo de Fidel La científica cubana Concepción Campa instó a la prensa internacional a contar al mundo cosas que sí son verdades sobre lo hecho por el presidente Fidel Castro en beneficio de la humanidad.
Campa fue una de las participantes en la comparecencia especial realizada por Fidel para responder a las mentiras de la revista estadounidense Forbes, que lo incluyó entre los 10 mandatarios más ricos del planeta.
Esta calumnia sobre Fidel entristece porque no son capaces de entender que las lágrimas, el sudor y la sangre de los cubanos han sido acumular la mayor riqueza: el servicio a la humanidad, señaló la Directora General del Instituto Finlay (Centro de Investigación y Producción de Vacunas y Sueros).
Dirigiéndose al líder revolucionario, expresó: Todos los cubanos somos multimillonarios porque usted nos ha enseñado que las personas no valen por lo que tienen, sino por lo que son y por lo que hacen.La también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) mencionó su experiencia personal de haber compartido sueños e ilusiones con el estadista cubano, por lo cual rechaza de manera rotunda las falsedades de la publicación norteamericana.
Relató cuando en el año 2002 Fidel indicó donar a Uruguay más de un millón de vacunas contra la meningitis B -creada por investigadores de la Isla- para frenar una epidemia, pese a que el gobierno de ese país patrocinaba entonces una propuesta contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos.
Añadió esta prominente científica que cuando el embajador cubano debió abandonar Montevideo, lo acompañó hasta el aeropuerto una multitud portando carteles que decían Gracias Fidel.
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