Varios trabajadores pasan la madrugada barriendo calles, aseando la ciudad, pero, cuando pasan horas, con el bregar de la vida cotidiana, el panorama de limpieza se revierte.
Pobladores que transitas las principales vías, visitan tiendas, centros de trabajo y espacios comunes, tiran papales en aceras y calles y estropean la pulcritud lograda horas antes a fuerza de escobas y acciones de limpieza.
En la foto se aprecia un lateral del edificio de La Cruz Verde, una tienda de multi servicios, y puede verse que ya, a media mañana, la limpieza quedaba en el esfuerzo madrugador de unos pocos, mientras otros muchos no respetaban las medidas de higiene ambiental.
Se hace necesario la presencia de más impectores que impongan fuertes multas a los infractores para mantener la pulcritud de una bella ciudad.
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