Por IDANIA PUPO FREYRE
Todo el ideario revolucionario y de justicia social de varias generaciones de cubanos se concretó en la acción militar del 26 de julio de 1953.
La planificación de asaltar y tomar a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, ambos en territorio oriental de la isla, fructificaron en la toma de conciencia del pueblo para comenzar la última etapa de lucha por la libertad de la nación.
Con el joven abogado Fidel Castro al frente, muchos cubanos se sumaron a estas acciones armadas y estos se multiplicaron por miles en curso de los años, y no solo hasta el primero de enero de 1959, que triunfa la Revolución, si no hasta estos días en que aún se consolidad las bases económicas y sociales de este singular proceso político.
La lucha, militar y civil, ha sido intensa para establecer y mantener un gobierno de justicia social e igualdad de derechos, con democracia plena, a pesar de la constante agresión enemiga, que el los últimos 50 años no ha cesado en el propósito de destruir las conquistas de un pueblo.
Disímiles etapas ha transitado Cuba y su Revolución para consolidar proyectos de gran valor, sobre todo en los campos de la educación, la salud, la investigación y el desarrollo científico técnico.
Así, una pequeñísima isla del Caribe tomó dimensión de gigante en el mundo por su valor y, sobre todo, por resistir medio siglo a un cruel bloqueo que Estados Unidos ha impuesto al país para intentar destruir a la Revolución y su pueblo.
Pero la verdad se impone y en la actualidad el mundo ha tomado conciencia que el capitalismo y el neoliberalismo no propician justicia social.
Sobre todo ahora, que esas teorías de gobierno han llevado al planeta a una crisis económica de incalculables consecuencias, Cuba trabaja por una recuperación económica y avances en todos los frentes de la sociedad.
Es que los cubanos de ahora rendimos constante tributo a quienes combatieron, a los que cayeron, en aquellas acciones militares del 26 de julio del 1953.
A 56 años de un hito histórico, la victoria de la ideas se hace palpable en cada cubano digno que honra a su Patria y a su Revolución.
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