Por IDANIA PUPO FREYRE
Aún en camiseta de dormir, como lo secuestraron de la Casa Presidencial, Manuel Zelaya, presesidente constitucional de Honduras, hizo declaraciones desde el aeropuerto de San José, Costa Rica, a donde fue llevado por los militares que perpetraron el golpe de estado.
Zelaya pidió a las autoridades, a la iglesia, a las organizaciones gubernamentales que no permitan callar la voz del pueblo.
Fuerzas militares, tras las cuales se mueven intereses del poderoso del Norte, los Estados Unidos y la CIA, perpetraron un golpe de estado en Honduras, al estilo de siglos pasados, para impedir que Zelaya lleve su programa de gobierno y de desarrollo e independencia para su pueblo y país.
La comunidad internacional está movilizada para evitar un baño de sangre en Honduras, país pobre y violento, y para restablecer los verdaderos derechos constitucionales.
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